Las noticias reales

Por razones que se intuyen más de lo que se explican, sectores radicales de la derecha y de la izquierda se dan a
Por razones que se intuyen más de lo que se explican, sectores radicales de la derecha y de la izquierda se dan a veces la mano para retroalimentar operaciones que tienden a poner en entredicho la Casa Real española. Y sólo en este contexto pueden entenderse noticias que amplifican manifestaciones muy minoritarias negativas para los miembros de la realeza, mientras se silencian otras mucho más multitudinarias y positivas para el Rey Juan Carlos y su familia más próxima. No se trata en ningún caso de debatir en profundidad sobre monarquía o república, sino de crear mal ambiente, acaso con la intención de desestabilizar.

Esta misma semana, los Príncipes de España visitaron Galicia tras ser objeto de algunas desatenciones en las otras dos nacionalidades históricas, Cataluña y Euskadi. Pues bien, si algo prevaleció en Galicia durante su estancia fue la normalidad institucional y ciudadana, de lo que fue clara expresión el cálido recibimiento a Felipe de Borbón y Letizia Ortiz tanto en Vigo como en Vilagarcía, donde ahora existe un centro de atención integral para el tratamiento de enfermedades cerebrales que lleva el nombre de Princesa Letizia. Altos cargos nacionalistas y socialistas fueron testigos de excepción pero, curiosamente, medios habitualmente muy inquietos ante este tipo de asuntos silenciaron esta vez lo acontecido. Claro que para algunos es más noticia que, por ejemplo, Andecha Astur, un grupo de radicales asturianistas, anuncie una campaña en contra de la visita que los Príncipes realizarán a Ribadesella el 5 de diciembre, dado su rechazo a la monarquía por ser “una forma de gobierno injusta y desfasada hace siglos”.

No se trata de que los nacionalistas y socialistas gallegos se hayan vuelto monárquicos, pero sí de reconocer que han sabido desempeñar su papel institucional. Y, sobre todo, de que en la calle ni hubo incidentes ni pasiones desatadas, fuera de lugar. Algo que pasaría inadvertido en otro momento tiene ahora su importancia, ya que sucede en un contexto realmente adverso para la Casa Real, que lleva meses soportando un extraño morbo mediático.