Juegan con las cajas

Caixa Galicia y Caixanova son dos instituciones básicas para Galicia, no solo por su dimensión financiera,

Caixa Galicia y Caixanova son dos instituciones básicas para Galicia, no solo por su dimensión financiera, sino también por su capacidad para generar empleo cualificado y sus potencialidades sociales y culturales. Sobre ambas pesa ahora la incertidumbre de si se mantendrán independientes, se fusionarán entre ellas –uno de los más viejos debates de Galicia– o, por el contrario, se embarcarán en alguna aventura con cajas de otras comunidades autónomas, al amparo de la nueva política de fusiones que promueve el Banco de España con el beneplácito del Gobierno y en medio del ruidoso silencio de la Xunta de Galicia.

Esta situación incontrolada, como era de esperar, está dando pie a los más diversos dimes y diretes, rumores y especulaciones, con y sin fundamento. No tanto, es verdad, en Galicia, como en Madrid, pero lo que prueba este nocivo clima financiero es la necesidad de atajar este estado de cosas cuanto antes. Sobre todo, por el bien de las entidades.

Más allá del debate interno en clave gallega, lo que ahora está en juego es si Caixa Galicia y Caixanova pueden afrontar fusiones con cajas de ahorros de otras comunidades autónomas cuyo estado de salud así lo aconseje. Es algo de lo que está hablando el Gobierno de Rodríguez Zapatero y que también pasa por los despachos del Banco de España, de manera que no habría que rasgarse las vestiduras si un día alguien nos anuncia que una gran caja gallega se fusiona con una de Aragón o con la de Asturias, para no ir más lejos, aunque en el terreno de las hipótesis también podríamos hacerlo. Incluso para embarcar de paso al Banco Pastor.

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