El jaque de Julio Gayoso al presidente Núñez Feijóo

El debate abierto en torno a la fusión de las cajas lleva camino de parecer lo que no es. Tal y como están
El jaque de Julio Gayoso al presidente Núñez Feijóo

El debate abierto en torno a la fusión de las cajas lleva camino de parecer lo que no es. Tal y como están las cosas y, sobre todo, cómo estarán en 2010, las cajas españolas van a tener que fusionarse entre ellas sí o sí. Este nuevo dogma no responde al capricho de nadie, sino a su propia situación financiera, que es delicada como consecuencia de la crisis general y de sus problemas con ciertos activos inmobiliarios que lastran sus balances. Es el Banco de España el que les sugiere fusionarse. Con ello, las autoridades españolas persiguen un doble objetivo: tener menos cajas y más grandes y diluir sus riesgos, de modo que el conjunto del sistema funcione mejor. El Banco de España no ordena por tanto que la caja A se fusione con la B o con la C, solo sugiere que haya fusiones y cuanto antes, por lo que el tiempo apremia. Digamos que, visto el problema desde Madrid, al Banco de España le da igual que se entienda una caja gallega con una asturiana y otra de Murcia que dos cajas gallegas entre sí, con tal de que el resultado final mejore las fotos iniciales. Y para ese fin está dispuesto a echar una mano con ese instrumento llamado FROB, creado específicamente para engrasar fusiones. A quien no le da igual es a los gobiernos autonómicos, lo cual tiene su lógica política y un blindaje legal con los estatutos en la mano. En ese contexto, el presidente Núñez Feijóo ha optado por propiciar una fusión entre Caixa Galicia y Caixanova, presionado, por un lado, por el lobby coruñés –partidario de una fusión en la que ya ven una absorción– e inquieto, por otro, ante el riesgo de que se le revolucione el patio vigués y el PP pierda toda opción con Corina. En alguna de las actitudes de su Gobierno no midió bien sus fuerzas y avanzó demasiado con sus peones hasta quedarse en jaque. Se lo ha dado Gayoso. ¿Es un jaque mate? No, pero se le parece bastante. El presidente es un político ganador, a la vista está el 1-M, pero esta batalla de las cajas requiere algo más. Hablamos de operaciones que pueden marcar un antes y un después en la historia de Galicia. Aquí no se puede ir de campeón sin haber disputado la partida. Hay que jugar al ajedrez casi sin ver las fichas.

Aznar cometió un grave error cuando el 11-M no reunió a la Oposición. Salvando todas las distancias, Feijóo pudo haber cometido otro error al haberse metido solo, presionado y mal asesorado, en este fregado de la fusión. Desde A Coruña, La Voz de Galicia ha pretendido dictarle la hoja de ruta al presidente. Desde Vigo le han parado los pies. Feijóo está descubriendo lo complicada que es Galicia, mientras PSOE y BNG están a punto de ver cómo el presidente corre el riesgo de quemarse, incluso sin que antes se queme un conselleiro, o una conselleira. Pero la pena de todo esto es que Galicia se juega parte de su futuro en la fusión de las cajas sin una estrategia definida. Si Caixanova opta por una operación con asturianos, manchegos y murcianos, Caixa Galicia necesitará un plan B, que no se conoce. El problema es si por hacer todos las cosas mal Galicia termina quedándose sin cajas como ya se quedó –dos veces– sin Fenosa.

El sistema financiero es un pilar clave de cualquier país. Durante años y años, Galicia ha levantado dos buenas cajas a las que esta crisis le ha pasado factura. Sería una pena que entre unos y otros se enredasen tanto que se olvidaran de lo esencial. En la banca no habría alternativa. Algunos bancos son muy pequeños y el de mayor dimensión, el Pastor, ya veremos en qué manos acaba. Del imperio de Pedro Barrié queda cada día menos y doña Carmela ya no está para poner orden y conservar la dignidad. El día que Méndez y Gayoso se vean las caras con Feijóo deberían de conectar en directo con la TVG. Lo que hablen será mucho más interesante que esas intervenciones institucionales paternalistas que aburren a las ovejas. Algo tan decisivo para Galicia no se puede resolver en secreto entre tres o cuatro. Un poco de luz y taquígrafos no vendría mal. La democracia es algo más que votar cada cuatro años. También en Galicia.

Comentarios