FRAUDEPORTIVO

¿Qué le pasa al Deportivo? se preguntan los aficionados. Nada, no le pasa nada. Que una semana pierde y ga
¿Qué le pasa al Deportivo? se preguntan los aficionados. Nada, no le pasa nada. Que una semana pierde y ganan los demás, y otra gana y pierden los demás. Así que cada quince días es un equipo glorioso, el SUPERDEPOR y, cada quince, un fraude, el FRAUDEPORTIVO. Pero eso es normal, es la lógica del deporte, la dinámica del fútbol. La vara de medir de los jueces del bar es que cuando las cosas van bien, somos los mejores y vamos a ganar la Liga, y cuando las cosas van mal, son unos mantas y hay que despedirlos a todos.

Despedirlos no es mala idea. Podríamos hacer un equipo nuevo, que siempre ilusiona a la afición. Uno con más jugadores de casa, que aunque están más "exigidos", como decía Arsenio, mola más cuando ganan.

Yo haría una especie de selección gallega utilizando valores ya contrastados de la actividad pública. La alineación ideal sería esta:

En la portería: Fernández de Mesa, el delegado del Gobierno, que está acostumbrado a que no se le cuele ni un manifestante, aunque pare ello tenga que realizar sólidos despejes de puños.

Como necesitamos un par de centrales expeditivos recurriremos a figuras contrastadas como Diz Guedes, cuya contundencia no se puede poner en duda desde que ejerció de Delegado del Gobierno, y Pita Varela, un implacable guardián al que no se le escapa ni una.

En la banda derecha jugará Iravedra, un tanto desplazado últimamente del partido, y por la izquierda, el único extranjero del conjunto, sir Paco Vázquez, hombre formado en otra cantera pero muy afín a los colores.

En el medio campo, como pivotes organizadores, Cacharro y Baltar, un dúo muy compenetrado, ambos muy acostumbrados a recuperar votos para sus partidos y con años de experiencia en dominar absolutamente su parcela.

Como enlace, Cuiña, un jugador que se entiende bien con su compañeros de medio campo, un volante con ambición de marcar goles aunque, de momento, sólo puede servirlos.

Este equipo jugaría, claro, con dos delanteros, para que no nos acuser de la "tacañería" ofensiva de Irureta. En punta, la gran promesa del fútbol gallego, jugador estrella de la Selección Nacional, el goleador Mariano Rajoy, que hará la cobertura, como no, a otra joven promesa, un crack, un triunfador acostumbrado a ganar los encuentros por goleada: Don Manuel, que no sólo hará las veces de goleador, sino que también será entrenador y, si le apuran, hasta presidente. Con el beneplácito de Lendoiro, claro.

Con este equipo no sabemos si el Deportivo ganaría la Liga pero a día de hoy estamos en condiciones de afirmar que lo que sí ganaría son unas elecciones gallegas.

Bromas a parte, y volviendo al terrno deportivo (que parece más serio que el político), al Depor no le pasa nada que un par de buenos resultados no solucione. Decíamos la semana pasada que los ánimos se acallarían después del fin de semana, y así fue. Alarmarse por el "escandaloso" séptimo puesto de los blanquiazules era una gilipollez, sobre todo cuando todos los de la parte alta de la clasificación, excepto Depor y Valencia, jugaban fuera de casa. Y pasó lo que tenía que pasar. Ahora los de Irureta son segundos en la Liga, están vivos en la Champions y llegarán a la final de la Copa del Rey.

Y no ganan las elecciones porque no juegan, que si no...