Fraga, Touriño y Quintana, hoy

La situación política de Galicia, a medio año de las elecciones autonómicas, parece indicar
Fraga, Touriño y Quintana, hoy
La situación política de Galicia, a medio año de las elecciones autonómicas, parece indicar que el PP ha recuperado gran parte de su terreno, que el PSOE vuelve a estar en buena posición, aunque con altibajos, y que el BNG ha superado el peor momento de su histórica transición en el liderazgo. Pero en la política no existen fotos fijas, salvo el día de las elecciones, y de aquí a octubre aún pueden pasar muchas cosas. Veamos cuál es la situación de partida para los tres principales candidatos: Manuel Fraga, Pérez Touriño y Anxo Quintana.

Manuel Fraga se lo juega a todo o nada, como siempre, pero en este caso sin la seguridad de otras veces, lo cual no deja de ser normal en una democracia. Su liderazgo no está cuestionado, pero su avanzada edad es su principal adversario. El PP de Madrid ya no reluce como en la era del Gobierno amigo y será más bien la organización de Galicia la que tenga que dar el callo. ¿Problemas? Aparte de la circunstancia personal de Fraga, sólo los derivados de lo que haga -o no haga- el llamado clan de la boina, donde el peso político de Baltar y Cuiña es el que es, para bien y para mal. El trabajo de Palmou ha dado buenos frutos, y si algo falla a última hora la gente mirará a Crespo, organizador de la campaña y hombre puente entre todos los clanes populares. La verdadera estrella del PPdeG, Alberto Núñez Feijoo, no está muy claro que se la juegue; sobre todo si no es en clave de victoria. Mariano Rajoy cuenta que está muy tranquilo.

Emilio Pérez Touriño es un candidato que repite, tras haber hecho infinidad de deberes, ninguno especialmente brillante ni llamativo, pero casi todos con aspecto de aprobado. Se le ve que puede ser un buen gestor de la autonomía, que tiene el apoyo del PSOE, ahora partido de Gobierno en Madrid, con todo lo que ello significa, y que si algo necesita es generar ilusión por el cambio, mediante un discurso más claro y directo, más llano. La campaña que haga será decisiva, aunque no bastará con el márketing político, por muy bueno que sea el del PSOE, que habitualmente lo es. Puede alcanzar, pues, lo que antes sólo logró el ex presidente González Laxe.

Anxo Quintana es el debutante, el político nuevo, la juventud sensata, el nacionalismo moderado, el futuro BNG. Nadie podrá acusarle de no reunir las características adecuadas para estar en un Gobierno. Salvo una catástrofe electoral en octubre, acompañada de otra mayoría absoluta de Fraga, Quintana tiene todo a su favor para ser un líder político con mucho recorrido. Dentro del BNG ha sabido imponerse y crear un nuevo equipo y ahora necesita tiempo; también un mínimo de respeto por parte de aquellos que quieren demonizar al nacionalismo. Su antecesor, Xosé Manuel Beiras puede ayudarle, y como es buena persona -aparte de buen maestro- terminará haciéndolo.

Las dos apuestas, por tanto, más claras a día de hoy son las de Fraga presidente y Touriño presidente con Quintana de vicepresidente. Dentro de seis meses ya veremos...