Debate fallido en la TVG

La propuesta de debate en la TVG --un medio clave en Galicia--, a propósito de los Presupuestos Generales del Estado, ha animado la escena política gallega en los últimos días. Se trataba de una apuesta del portavoz nacional del BNG, Anxo Quintana, a favor del diálogo --incluso interactivo-- con la audiencia, esto es, con todos los ciudadanos y ciudadanas del país. Interacción para conocer qué opina la gente que paga los impuestos del presupuesto, interacción para que todos y todas supiésemos de primera mano qué opinan también los dirigentes políticos de las cuentas públicas del Estado.

Pero ésta es ya la crónica de un debate fallido. Fallido porque ni el presidente Manuel Fraga podía debatir ni al Partido Socialista le interesaba el debate. Ni le interesaba con Emilio Pérez Touriño ni le interesaba con cualquier otro dirigente. De este modo, la novedosa propuesta de Anxo Quintana a favor de la transparencia, y por tanto a favor de la regeneración democrática, chocó con lo que él mismo, en expresión muy gráfica, ha denominado muro de propaganda.

Para el futuro, unos y otros podrían hacer una reflexión: que no quede al arbitrio de los partidos políticos la celebración o no, en los medios de comunicación públicos, de debates que afectan claramente al interés general del país gallego. La Constitución legisló a favor del derecho de todos a recibir unha información veraz. Los medios públicos deben garantizar ese derecho y deben hacerlo sobre todo los partidos políticos, que son los vehículos constitucionales para la formación de la voluntad general. Lo que nunca deben hacer los partidos, gobiernen o sean oposición, es hurtar a los ciudadanos el ejercicio de ese derecho fundamental en toda democracia. Por muy elemental que ésta sea, que a veces lo es, precisamente por falta de pluralismo e incluso de libertad, donde lo que se debate es la política de Baltar.