La compleja agenda de Obama

Yes, we can es un lema electoral que, aunque no es completamente innovador, pasará a la historia por su eficacia.
La compleja agenda de Obama
Yes, we can es un lema electoral que, aunque no es completamente innovador, pasará a la historia por su eficacia. Sirvió como catapulta electoral a la meteórica carrera de un senador afroamericano que a sus 47 años ha logrado conquistar la presidencia del país más poderoso del mundo.

El triunfo electoral de Barack Obama en Estados Unidos ha despertado una enorme expectativa sobre la política que aplicará en varios ámbitos, pero muy especialmente en el escenario internacional. Muchos esperan que ese “yes, we can” pase a la historia también por impulsar soluciones a una larga lista de retos que el nuevo dirigente estadounidense tiene por delante.

En plena crisis económica mundial y con el lastre de los problemas que el presidente saliente, George Bush, le deja en herencia, el papel de Obama no será fácil, y menos en un contexto de problemas financieros en su país que pueden condicionar sus políticas e incluso orientar su línea a un mayor proteccionismo del que hubiese deseado respecto al concierto económico internacional.

>> Expectativas en Europa

La victoria de Obama ha sido ampliamente saludada en todo el mundo, pero muy especialmente en Europa, donde se espera un relanzamiento de las clásicas relaciones trasatlánticas. “Necesitamos un nuevo pacto para un nuevo mundo. Espero sinceramente que con el liderazgo del presidente Obama, EEUU aune fuerzas con Europa para conducirlo. En beneficio de nuestras sociedades, y en beneficio del mundo”, dijo el presidente de la Comisión Europea, Durao Barroso, tras la elección del senador de Illinois.

En la Unión Europea, y especialmente en Francia, en Alemania y en Gran Bretaña se espera que Obama confirme un atlantismo basado en nuevas fórmulas de cooperación, y que esa alianza sirva para combatir los nuevos problemas mundiales.

También en España hay importantes expectativas sobre un nuevo rumbo en las relaciones con Estados Unidos. De ahí la estrategia del presidente Rodríguez Zapatero de buscar un acercamiento hacia la administración Obama, a la que ve políticamente más cercana que la que dirigía George Bush. Las relaciones entre ambos países se enfriaron con la retirada en 2004 de las tropas destinadas en Irak, pero el gabinete español espera que se impulse un nueva etapa con el cambio de presidente en el país norteamericano.

El eje europeo formado por España, Francia, Alemania e Inglaterra (una vez dilucidadas las elecciones británicas del 2009), le servirá al nuevo presidente norteamericano no sólo para consolidar la alianza atlántica, sino también para tener más fuerza ante el avance geopolítico de Rusia, que parece irrumpir en la escena internacional dispuesta a recuperar cierta influencia. El principal conflicto en este ámbito aparece ahora con la expansión de la OTAN y la polémica del escudo antimisiles estadounidense, que ha desatado furibundas reacciones en el Gobierno ruso.

“El mundo se encuentra al comienzo del mandato de Obama ante retos sobresalientes. Estoy convencida de que, gracias a la estrecha y confiada colaboración entre EEUU y Europa, afrontaremos de forma decidida los nuevos peligros y riesgos, y sabremos aprovechar las múltiples oportunidades que se abren a nuestro mundo global”, dijo la presidenta alemana, Ángela Merkel.

¿Qué pasará con América Latina?


Si en Europa las expectativas tras la victoria de Obama son elevadas, en Lationamérica no lo son menos. Los países emergentes como Brasil o México, los tradicionales aliados como Colombia o los más recelosos, como Bolivia o Venezuela, esperan novedades en las relaciones con Estados Unidos tras el cambio electoral. Incluso en Cuba se espera un cambio de rumbo en la relación con la nueva administración estadounidense.

La consolidación de Brasil y México como potencias emergentes forzará una especial atención por parte del nuevo dirigente. No en vano el presidente mejicano Felipe Calderón fue uno de los primeros en felicitar a Obama y le invitó a visitar el país tras “reiterar el compromiso del Gobierno de México para fortalecer y profundizar las relaciones bilaterales”.

Más sorprendentes resultan las felicitaciones por parte de países en los que la comunicación era menos fluida. Es el caso de Venezuela, donde la tensión con la administración Bush era muy acusada, pero en la que el cambio de presidente puede traer también una nueva dinámica bilateral. Lo mismo podría ocurrir en Bolivia. Después de un período árido en la relación entre ambos países, el presidente Evo Morales saludó la victoria de Obama señalando que tiene “muchas coincidencias” con el líder estadounidense.

Aún así, muchos analistas no esperan grandes cambios en la política norteamericana respecto a estos países. Sí podría haberlos, sin embargo, con el caso de Cuba. La nueva administración estadounidense podría estar dispuesta a aligerar el embargo y fomentar unas ciertas relaciones comerciales con la isla. El debilitamiento del lobby cubano en Estados Unidos y la derrota electoral de los republicanos, sus aliados tradicionales, unido a la ausencia visible de Fidel Castro y a una cierta tendencia aperturista que se adivina en el actual presidente cubano, Raúl Castro, podrían allanar el camino a unas mejores relaciones.