La clave es Batasuna

El proceso vasco ha entrado en su primera crisis, lo que también puede dar idea de que habrá más. S
El proceso vasco ha entrado en su primera crisis, lo que también puede dar idea de que habrá más. Siendo un dato negativo, quizá no sea el peor, ya que a base de superar crisis también se puede avanzar hacia la paz. El hecho de que el Gobierno crea que el proceso no está en riesgo, pese al comunicado de ETA, no deja de ser una buena noticia, pero la clave sigue estando en Batasuna. Si opta por la legalización, la política podrá avanzar. Si se mantiene en la ilegalidad y quiere jugar en ambos lados o en una especie de limbo, será difícil, por no decir imposible, que los demás agentes políticos puedan considerar sus posiciones.

Es verdad que, legalizándose, Batasuna no podrá regresar al Parlamento vasco hasta 2009. Y eso, de cara a la mesa de partidos, dificulta saber, hoy por hoy, con qué peso político cuenta en la sociedad vasca. Pero no parece que esté ahí el problema, ya que todo el mundo sabe que detrás puede haber hasta un 15% de los votantes o, lo que es lo mismo, más de cien mil personas. El problema reside en si Batasuna, haciéndose pasar por ETA, quiere tutelar el proceso, bajo la amenaza de lo que ellos llaman una respuesta a la supuesta agresión que denuncian.

El líder de Batasuna Arnaldo Otegi tiene también en su mano otra respuesta fundamental. Si lo que asegura pretender, al igual que ETA, es construir un nuevo marco democrático, lo primero que debe hacer es contribuir al silencio de las armas. ¿O acaso concibe un marco democrático supeditado a la violencia? Pero puede ser que Otegi no sea el radical en estos momentos, sino el intérprete de unas bases donde no todos aceptan el cinturón de la Ley de Partidos.