La cajas buscan salidas

El año se consume y el anuncio que había hecho a comienzos de 2009 el presidente de la CECA, el gallego Ju

El año se consume y el anuncio que había hecho a comienzos de 2009 el presidente de la CECA, el gallego Juan Ramón Quintás, sobre dos posibles fusiones de cajas de ahorros, sigue en el aire, si bien son insistentes los rumores sobre las negociaciones en distintas partes de España; sin ir más lejos en Galicia.

Las cajas no estudian fusiones porque les apetezca, sino porque lo necesitan, afectadas como están por el alza de la morosidad y otros problemas financieros, ligados de una u otra forma a su exposición al sector inmobiliario. Otro factor que va a acelerar el proceso es el llamado FROB, el caramelo financiero que le dan a las entidades que se fusionen, ya sabedoras de que las ayudas públicas no serán intemporales ni ilimitadas.

En este momento, a los males conocidos se suman nuevos problemas del mercado, que en condiciones normales serían una mera turbulencia pero que en plena crisis pueden hacer caer alguna entidad en España. Las revisiones de hipotecas que están haciéndose estos días penalizan sus márgenes y tras la caída de tipos sólo cabe esperar subidas, de modo que sus márgenes financieros se resentirán nada más comenzar 2010. Algunas de estas cosas afectan a todas las cajas, incluidas por tanto las gallegas, si bien en Galicia se da por hecho que no son las peor posicionadas en el conjunto del país. No lo dicen solo las propias entidades, sino que lo certifica la inspección de la Xunta, que se supone que debe ser rigurosa y veraz.

De todos modos, las autoridades económicas y financieras, conscientes de los riesgos latentes, intentan por todos los medios incentivar las fusiones con el propósito de que al menos las cajas resultantes estén mejor musculadas. Si algo no funciona, el Banco de España siempre tiene en su mano la llave para forzarles a aflorar la morosidad, tras haber relajado las normas de saneamiento. De momento, algunas cajas han reaccionado con cierres de oficinas, pero con eso no basta. Necesitan gasolina, es decir, más capital o compartir el futuro con algún aliado, sin descartar extraños compañeros de cama.

En el caso de Galicia, las cosas parecen cada vez más claras: habrá alguna fusión y solo falta determinar cuándo y cómo, mientras los gobernantes de la Xunta estudian cómo afrontar el proceso sin perder votos, que es lo que a ellos les importa. Caixa Galicia ha llevado a cabo una tarea previa importante, al ser una de las entidades que más ha reducido su número de sucursales, estrategia en la que coincidió con La Caixa y la Caja del Mediterráneo.

¿Se salva la banca de esta situación? Para nada, sobre todo algunos bancos medianos, como el Pastor, del que son de sobra conocidos infinidad de episodios adversos, apenas maquillados por quienes son sus propagandistas a sueldo. Pero una ventaja de la banca frente al conjunto de cajas es que supo desprenderse antes de oficinas en pérdidas.

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