Los universitarios extranjeros que solo vean clases online podrían ser expulsados de EE UU
Donald Trump está en modo campaña y perdiendo por varios puntos contra su rival Joe Biden, según varias encuestas. Esto es una razón más que suficiente para que el presidente tome medidas que impulsen su reelección. El mandatario parece querer usar las mismas promesas que lo llevaron a la presidencia en 2016 y por eso ha fijado su objetivo en los migrantes.
La Casa Blanca ha lanzado una bomba nuclear contra los estudiantes internacionales matriculados en universidades de EE UU: si no asisten a, por lo menos, una clase presencial podrían ser expulsados del país.
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La medida ha sido recibida con polémica debido a que la mayoría de los estudiantes se han recluido en casa por la pandemia del coronavirus y con el beneplácito de las casas educativas que han puesto a disposición de todos sus estudiantes sus plataformas online.
En caso de negarse a regresar a sus países, incluso podrían ser deportados, así lo afirma en sus nuevas ordenanzas el Departamento de Inmigración y Control de Aduanas, que también confirmó de un cambio “en un futuro cercano” para hacer efectiva la reforma de las normas, pese a que en la pasada primavera, cuando las universidades cerraron sus puertas, el departamento autorizó a los estudiantes a seguir en el país.
La misma línea ha sido emitada por el Departamento de Estado que ha anunciado que ya no emitirá visados a las personas que quieran matricularse en centro educativos que ya hayan decidido que el total de sus clases serían vía online.
“Los estudiantes actuales que ya están en EE UU matriculados en ese tipo de programas deben abandonar el país o tomar medidas como pasarse a una escuela que ofrezca instrucción en persona para mantener un estatus legal”, señala la circular sobre el Programa de Intercambio de Visitantes. “De lo contrario, se enfrentarán a consecuencias migratorias que incluyen, aunque no solamente, el comienzo de procesos de expulsión”.
En EE UU hay 1.095.299 estudiantes extranjeros, según las estimaciones del Institute International Education, un organismo sin ánimo de lucro. Esta cantidad de estudiantes extranjeros contribuyen positivamente a la economía estadounidense, aportando hasta 45.000 millones de dólares solo el 2018, según datos del Departamento de Comercio. E incluso sus matrículas ayudan a financiar el coste de los estudios para los americanos. @mundiario
