La represión contra la caravana migrante devuelve a miles a Honduras

Policías de Guatemala dispersan la caravana de migrantes hondureños. / Milenio
Elementos de la Policía de Guatemala dispersando violentamente la caravana de migrantes hondureños. / Milenio
La Policía Antidisturbios y el Ejército de Guatemala dispersaron por la fuerza este pasado lunes -por segundo día consecutivo- una caravana de miles de migrantes hondureños.
La represión contra la caravana migrante devuelve a miles a Honduras

Ni siquiera los inmigrantes se libran de la represión. Para Guatemala, la migración desenfrenada que pase por su territorio es un asunto de seguridad nacional, pero las autoridades de ese país centroamericano recurren al uso del monopolio de la fuerza del Estado para arremeter contra civiles extranjeros que no llevan ningún tipo de armamento, solo unos pocos bolsos lleno de ropa, en su larga travesía a pie.

Y es que luego de que este lunes se diera a conocer que la caravana migrante que salió con 9.000 personas desde Honduras rumbo a Estados Unidos ya se acercaba a la frontera de Guatemala con México, la policía guatemalteca decidió ahorrarle trabajo a sus homólogos mexicanos con el uso desmedido de la fuerza, pues golpeó con porras, palos y otras armas blancas policiales para frenar el avance de esa ola humana que solo busca mejores condiciones de vida en la potencia norteamericana, pero entrando con desesperación y sin ningún tipo de documentación legal por la frontera.

La Policía Antidisturbios y el Ejército de Guatemala dispersaron por la fuerza este lunes -por segundo día consecutivo- una caravana de miles de migrantes centroamericanos, principalmente hondureños, que busca llegar a Estados Unidos, aunque probablemente no tengan éxito, pues al menos 2.500 migrantes han decidido devolverse a pie a Honduras ante los peligros que enfrenta en el camino, no solo por la violencia de los policías guatemaltecos, sino por los riesgos que colman la ruta fronteriza entre México y EE UU.

¿Cómo ocurrieron los hechos?

Según medios locales, las autoridades volvieron a usar gases lacrimógenos y golpearon con palos a los integrantes del grupo, que se habían vuelto a organizar y bloquearon una carretera tras ser reprimidos el domingo, reseñó la cadena británica BBC. Esto implica que la reacción de los migrantes derivó del extremo uso de los instrumentos de represión por parte de los efectivos policiales. Tal hecho constituye en una violación de derechos humanos por parte del Estado guatemalteco sobre ciudadanos extranjeros, lo que podría crear una crisis diplomática entre los Gobiernos de Honduras y Guatemala, que de por sí no tienen una buena relación bilateral. 


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"El contingente avanzó con fuerza sobre la multitud golpeando ruidosamente sus macanas contra los escudos y lograron que unos 4.000 migrantes retrocedieran o corrieran hacia los lados y se dispersaran aún en territorio guatemalteco, pero dejando la ruta libre", según reseñó la agencia AFP, citada también por la BBC.

Hasta ahora, el Gobierno hondureño no se ha pronunciado, pero la Procuraduría General de Derechos Humanos de Guatemala tuvo que excusarse y pedir disculpas ante la comunidad internacional, en lugar del propio presidente guatemalteco, Alejandro Giammatei, por la represión y los abusos violentos cometidos contra los migrantes. El silencio de Giammatei persiste, lo que pone en tela de juicio la política migratoria y de derechos humanos de Guatemala, pues ese país es clave en la ruta hacia Estados Unidos. @mundiario

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