Los inmigrantes procedentes de Canarias llegaron sin control sanitario a ocho ciudades españolas
La inmigración continúa poniendo a prueba la capacidad del Estado español para contener la pandemia y, de manera desenfrenada, esa ola de refugiados sigue chocando con la estabilidad del Gobierno para atender socioeconómicamente a todos los inmigrantes.
Y es que tras la llegada masiva de pateras a las costas de Canarias y el hacinamiento en campamentos en los muelles de las islas, el traslado de inmigrantes a la Península a través de vuelos se ha convertido en otra etapa de la crisis migratoria que vive España.
En las últimas semanas, estas llegadas a suelo peninsular en vuelos desde Canarias por parte de inmigrantes que alcanzaron las costas de manera irregular se han multiplicado notablemente. Esto implica que no hay control fronterizo, y si lo hay, no es una política firme de Estado.
De hecho, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, se ha rehusado a aclarar cuántos inmigrantes fueron trasladados desde Canarias a la Península, y sin ningún tipo de control sanitario o prueba de detección de covid-19. @mundiario