Una caravana de inmigrantes va rumbo a EE UU y México busca impedirlo

Migrantes hondureños dirigiéndose en caravana rumbo a México para llegar a Estados Unidos. / Voz de América
Migrantes hondureños dirigiéndose en caravana rumbo a México para llegar a Estados Unidos. / Voz de América
Esa caravana de migrantes salió con 9.000 personas desde Honduras y ahora busca llegar a Estados Unidos, motivadas por las expectativas de ciudadanía prometida por Joe Biden.
Una caravana de inmigrantes va rumbo a EE UU y México busca impedirlo

Otra ola de personas que buscan una mejor calidad de vida. La era Biden en la mayor potencia mundial comenzará con la presión extrema de la inmigración, que Donald Trump frenó en seco, pero el Gobierno entrante acogerá con un marco legal que facilite el ingreso ordenado y seguro de las personas que huyen de sus países de origen en América Latina para buscar mejores condiciones de vida en los Estados Unidos de América. El futuro jefe de Gabinete de la Casa Blanca, Ron Klain, había asegurado en un comunicado que la Administración Biden volverá a darle “un trato más humano” a los inmigrantes, pero el reto logístico que tendrá para evitar un colapso en la frontera norteamericana es enorme. 

Y es que la Guardia Nacional mexicana, un cuerpo militar creado bajo el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador y compuesto en un 80% por soldados, se desplegó en la orilla del río Suchiate, estado de Chiapas, en la frontera sur de México, para impedir la llegada de la caravana de inmigrantes procedente de Honduras que busca alcanzar la frontera mexicana con Estados Unidos para ingresar al segundo, pues huyen desesperadamente de la pobreza, el desempleo y la inseguridad que azota a ese país centroamericano. 

Esta no es la primera ola humana que se aproxima a Estados Unidos. Bajo la agonizante era Trump, al menos tres caravanas migrantes, las tres más recientes, fueron disueltas por los militares mexicanos que custodian el paso fronterizo de Tijuana a Texas, pues la exasperación, la agresividad y la violencia que algunos elementos de esas caravanas impulsan con todo y contra todo para ingresar a su país destino, obliga al uso de la fuerza federal con el objetivo de impedir que detone el caos en la frontera más vigilada del planeta, que es la que separa a EE UU y México.

¿Qué ha enfrentado la caravana en su trayecto?

La caravana que en este momento camina hacia la potencia norteamericana, que probablemente coincidirá en algún punto cercano a EE UU con la toma de posesión de Biden el miércoles, no se dirige con la misma fuerza con la que partió de Honduras. En Guatemala, fue disuadida por la policía fronteriza de ese país para cortar su avance hacia México. Los golpes con porras y los gases lacrimógenos de los militares guatemaltecos debilitaron el río de personas que va rumbo a ‘América’, pero varios grupos permanecen incólumes y resistieron para seguir su trayecto, y efectivamente, así lo hicieron, pues ya están cerca de territorio mexicano. 


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Según reseñó El País, “la mayor parte de la caravana aún se encuentra a 400 kilómetros del río, pero pequeños grupos han logrado sortear el cerco de las autoridades guatemaltecas y ya se están concentrando en el puesto fronterizo de Tecún Umán (en Guatemala)”.

Por esa razón, el Gobierno de México ordenó el despliegue de la Guardia Nacional en la frontera sur del país con Guatemala, pues en caso de que la caravana logre pasar, podría desatarse el caos en suelo mexicano y eso obligaría al Gobierno de Joe Biden a pronunciarse para tomar una decisión sobre si decidirá acoger a ese primer lote de inmigrantes, evidentemente sin documentos ni permisos legales, en Estados Unidos. 

El reto para el presidente entrante de EE UU

El pasado viernes, 3.500 personas salieron de la ciudad de San Pedro Sula, la capital industrial de Honduras, y luego esa cifra creció a 9.000 a medida que se sumaban más inmigrantes conforme avanzaba la caravana a lo largo de todo el país rumbo a Guatemala. Un profundo fallo en la seguridad fronteriza hondureña permitió que esos migrantes la tuvieran fácil al momento de salir de su país para entrar a territorio guatemalteco en una larga travesía de hasta siete días. 

Ese caudal de personas se vio motivado a salir de su país rumbo a EE UU, probablemente, por la enorme expectativa que ha creado la promesa electoral, y ahora presidencial, de Joe Biden para abrir el camino a una reforma migratoria integral que les otorgue la ciudadanía estadounidense a 11 millones de inmigrantes indocumentados. Cuando el demócrata fue vicepresidente del Gobierno de Barack Obama, no atendió ese problema, que durante una década ha presionado las fronteras estadounidenses, admitido por él mismo durante la recta final de su campaña en 2020. Pero ese podría ser uno de los primeros asuntos en lo que el presidente electo se ponga a trabajar en materia migratoria y de política exterior a partir del miércoles 20 de enero. @mundiario

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