Obdulio, Mayeya y Melania

White House
White House.

Cuando Obdulio se sienta a hablar de cosas serias con su esposa en ocasiones ambos caen en temas insondables. Como éste. / Texto de Humor de DosBufones.com

Obdulio, Mayeya y Melania

Estaba almorzando con Mayeya hace un par de días cuando me vino a la mente algo que hace rato me viene dando vueltas en la cabeza.

—¿Tú crees que Melania Trump le haya dado consejos a su innombrable esposo sobre cómo expresarse en público mientras estuvo en la Casa Blanca?

Mayeya me mira con cara de éste-es-tonto-o-se-hace, pero esboza una sonrisa y me responde:

—¿Tú crees que ese señor se deje dar consejos de nadie?

—Mmm... ahora que lo pienso bien, creo que no. Porque si los hubiera escuchado, quizás aún fuera presidente. Sólo quizás, ¿eh?

Mayeya me mira con cara de satisfacción durante unos segundos, seguro pensando que su esposo no es tan tonto como parece. Aprovecho para hacerle otra pregunta.

—Maye, imagínate que Melania esté terminando de comer con el innombrable. Tú crees que le pregunte, “¿Cómo me quedó el almuerzo, papi?”

El rostro de mi esposa se transforma en una fracción de segundo y su mirada se convierte en la llama de un soplete de acetileno.

—Obdu, no creo que la doña le haya preparado un almuerzo al innombrable en toda su (censurado) vida.

Me quedo pensando que es improbable que la eslovena haya freído un huevo desde que se empató con los millones del Don.

—Creo que tienes razón, mi amor. No me imagino a Melania parada delante de un fogón con una sartén en la mano.

Mi cónyuge retoma la cara de satisfacción y continúa comiendo. Luego de un par de minutos, cuando se levanta a llevar su plato al fregadero, vuelvo a la carga.

—Mi vida, disculpa, pero hay algo que no me deja dormir desde hace días. ¿Qué detergente tú crees que use la doña para lavar la ropa interior del innombrable? Porque ése que compraste me está causando alergia y a lo mejor...

No pude terminar la frase. Tampoco me enteré de la respuesta porque justo allí perdí el conocimiento. Cuando lo recobré, el plato de mi esposa estaba hecho añicos sobre la mesa y la cabeza me dolía horriblemente.

Desde entonces me estoy cuidando mucho de las preguntas que le hago a Mayeya.

Mi mujer es un ser de paciencia muy limitada. @mundiario

Comentarios