Kardashians

Me cuenta el Obdu que cuando escuchó el nombre por primera vez supuso que se trataba de una troupe armenia de bailes folclóricos, una banda de rock transcaucásico, una antigua ciudad azerbaiyana, un equipo de fútbol kurdo, o un grupo terrorista afgano.

Al cabo del tiempo se enteró de que eran (son) una famosa familia que se la pasa haciendo un reality muy narcisista, que ya va por veinte temporadas, en que las hermanitas K promueven su realidad, que no deja de ser bastante irreal para el resto de los mortales que nacimos sin su billete. O el del resto de los multimillonarios, incluyendo al Donald Trump.

Mi amigo reconoce, no obstante, que la familia K ha sabido hacer las cosas bien. O al menos lo suficientemente bien para que media humanidad siga sus aventurillas y compre sus productos. Los ricos y famosos no son tontos después de todo. Se les puede criticar todo lo que uno quiera, pero lo cierto es que la gente normal y corriente sueña con vivir de la manera aparentemente despreocupada y feliz con que lo hacen las hermanitas de marras. Eso siempre vende. Y el chisme también, por supuesto.

Y como los seres humanos nunca dejamos de soñar, el show de las K sigue vendiendo. Mucho más que la cotidianidad de un grupo terrorista afgano, un equipo de fútbol kurdo, una antigua ciudad azerbaiyana, una banda de rock transcaucásica, o una troupe armenia de bailes folclóricos.

Pero eso siempre ha sido así, ¿no es verdad Obdu?

¡Ya verás cuando tengas tu propio reality y la gente se mate por enterarse de tus chismes, pillín...! @mundiario