La primera temporada de La Casa del Dragón: una antesala a la Danza de los Dragones
HBO y su versión streaming, HBO Max, han emitido el último capítulo de la primera temporada de La Casa del Dragón, serie derivada de la exitosa Juego de Tronos. Han sido 10 capítulos de intensidad y que, a diferencia de las serie matriz, han transcurrido con relativa rapidez explicando los puntos más importantes de esta historia tran complicada llena de personajes relacionados entre sí que ha creado George R. R. Martin y que se basa en su obra Fuego y sangre, centrado exclusivamente en la familia Targaryen, esa que gobernó Poniente por siglos y que terminó decayendo por el reinado de Aerys II Targaryen, padre de Daenerys Targaryen.
Explicamos el final de esta temporada, maravillosa en muchos aspectos, aunque tensa y llena de momentos sangrientos. En adelante habrán spoilers, así que no sigas leyendo si aún no has culminado la temporada.
La reina negra
Ese es el título con el que finaliza la temporada 1 de La Casa del Dragón y si sigues la serie, entenderás de qué va todo con los negros y los verdes. La reina negra vendría siendo Rhaenyra, la hija mayor de Viseys I, quien fue nombrada por su padre como su heredera oficial, y se supone es quien debe heredar el trono de hierro. Sin embargo, la reina Alicent y el padre de esta, Otto Hightower, han confabulado para perpetuar en el poder a los hijos que Alicent tuvo con Viserys, entre ellos, dos varones que pueden tener más preferencia ante una mujer.
Cada episodio nos ha dejado cierto vestigio de tragedia y La reina negra no es la excepción. El final comienza con Rhaenyra conociendo la muerte de su padre y la traición de forma oficial de los Hightower. Entonces Daemon quiere iniciar con una dura venganza y llevar la guerra a Desembarco del Rey, sin embargo, la nueva reina no oficial, decide optar por mantener la paz en los Siete Reinos y envía a sus dos hijos mayores Jacaerys (Harry Collett) y Lucerys Velaryon (Elliot Grihault) a las diferentes casas para confirmar su lealtad.
El primogénito viaja al Valle de Arryn e Invernalia, mientras que el segundo, heredero de Marcaderiva, se dirige a Bastión de Tormentas, asentamiento de la Casa Baratheon. El capítulo se concentra especialmente en el menor, quien viaja en los lomos de Arrax, su dragón hacía peligros desconocidos. Cuando finalmente llega, se encuentra con su tío Aemond (Ewan Mitchell), quien logró llegar antes y también busca confirmar la lealtad de la casa por parte de Borros Baratheon (Roger Evans), quien se termina de convencer por los verdes.
Cuando Lucerys está por abandonar la sala, Aemond le ordena arrancarse el ojo. El hijo de Rhaenyra se niega, por lo que Aemond busca pelea pero no puede hacer nada luego de que Baratheon intervenga. Lucerys sube a su dragón y todo indicaba que regresaría a casa para dar la mala noticia, sin embargo, su tío empieza a perseguirle sobre Vhagar, uno de los dragones más poderosos y gigantes que ha tenido Poniente. En este punto se cruza la mayor diferencia de lo que sucede en el libro y en la ficción, donde Aemond pierde el control de Vhagar, que luego de ser quemado por Arrax, arremente contra este dragón su joven ginete, matándolos al instante. Aemond no reconoce que pierde el control de este dragón, porque sabe que sería una confesión muy peligrosa.
Finalmente es Daemon quien informa a su esposa lo sucedido y esta se voltea y con una lágrima mira fijamente a la cámara y entendemos que no habrá vuelta atrás, la segunda temporada se centrará sin lugar dudas en la guerra entre Targaryen conocida como la Danza de Dragones. @mundiario
