¿Cómo podemos dejar de pensar tanto?

Mujer pensativa / Pixabay
Mujer pensativa / Pixabay

Las consecuencias tras una sesión de pensamientos intermitentes, puede ser catastrófica, de allí la importancia de poder reposar, descansar y permitir que nuestra mente sienta calma.

¿Cómo podemos dejar de pensar tanto?

Es posible dejar de pensar tanto. Aunque parezca una mentira, lo cierto es que cada uno de nosotros cuenta con recursos internos, es decir, propios, para dejar de pensar tanto y que nuestra mente pueda descansar.

Las consecuencias tras una sesión de pensamientos intermitentes, puede ser catastrófica, de allí la importancia de poder reposar, descansar y permitir que nuestra mente sienta calma. Pero, ¿cómo podemos dejar de pensar tanto si nuestra mente siempre está activa, tratando de imaginar cualquier situación, sobre todo si nos encontramos atravesando alguna situación angustiante? A continuación, algunos detalles para lograr dejar de hacerlo:

En primer lugar, debemos distraer a nuestra mente, tratando de ocuparnos en otros asuntos. Solo así lograremos sacarla del laberinto en el que está inmersa. Para ello, se recomienda salir con amigos, entablar una conversación con alguien que sea de nuestro agrado, pero, hablar de algo diferente al pensamiento que obsesiona. Una buena charla puede hacer que olvidemos por un rato otros asuntos que causan molestia.

Reír también es otro punto importante. Cuando reímos nuestro cerebro comienza a segregar sustancias que nos hacen sentir mejor y, poco a poco, se van diluyendo las preocupaciones, pues, cuando pensamos tanto, generalmente lo hacemos sobre un mismo tema que nos preocupa.

Establecer un plan de acción también puede ser de gran ayuda, porque, usualmente, las preocupaciones se quedan allí, metidas en el cerebro, pero sin salida. Con un plan de acción podemos marcar algunas pautas y pasos para dar. Solo así podremos ver una solución al problema que nos atormenta.

La técnica de detención del pensamiento también puede funcionar. Para ello, tomamos una liga y la colocamos en nuestro brazo. Cuando nos demos cuenta que estamos pensado mucho ¡otra vez! Entonces, halamos la liga y al mínimo pinchazo sabremos que debemos cambiar de pensamiento. Sustituir ese por otro menos doloroso o angustiante.

Escribir sobre lo que nos preocupa también puede aliviar, porque, al final, nos sentiremos exhaustos, y ya ni siquiera querremos volver a tocar ese tema. Pero, sobre todo, una gran ayuda es salir a caminar un rato. Pues, así despejaremos nuestra mente, a la vez que observamos otros detalles hermosos que están presentes en la naturaleza.

Escuchar una buena pieza musical también nos motivará a cantar, a hacer eso que nos genera placer y sentirnos a gusto en ese momento, a ver que la vida va más allá de ese pensamiento que nos atormenta.

Todas estas técnicas son efectivas si las ponemos en práctica. Por último, debemos considerar la idea de acudir con un especialista, en caso de que no podamos poner un punto y aparte, o final, a esos pensamientos molestosos. @isbeliafarias90210 en @mundiario

Comentarios