La adopción como medida de protección de un menor

Padre e hijo. / Nathan Anderson. / Unsplash
Padre e hijo. / Nathan Anderson. / Unsplash
La adopción, por encima de cualquier otra cosa, es una medida de protección de un menor que no tiene hogar y no solamente la forma de culminar un deseo de paternidad o maternidad.
La adopción como medida de protección de un menor

Ortega y Gasset mantenía que la felicidad que sentimos es directamente proporcional a la cantidad de tiempo que pasamos ocupados en actividades que absorben completamente nuestra atención y nos agradan.

Desde este punto de vista, yo tengo la suerte de haber sido muy feliz pues llevo más de 20 años dedicada a una labor apasionante que me ha dado la oportunidad de viajar a rincones de este mundo que no imaginaba que existían, de visitar orfanatos o casas de bienestar social infantil en diferentes países y de ser testigo de cómo el hambre, la necesidad, la presión social y otras injustas situaciones dejan a muchos niños sin algo tan esencial, como es la posibilidad de crecer en una familia donde sentirse cuidado y querido.

La adopción internacional es compleja y dinámica, y normalmente su evolución va de la mano del desarrollo de un país; también en este sentido he sido afortunada por haber tenido la oportunidad de ver como en las casas de Bienestar social de China, que tenían tantos menores abandonados que los colocaban de tres en tres en las cunas, ahora se apilan vacías porque se está reduciendo el número de menores que se quedan sin hogar en ese país.

He presenciado el cambio que se ha producido en la adopción internacional a lo largo de los años,  y he comprobado cómo se ha pasado de una larga fila de niños que se encontraban a la espera de una familia, a que actualmente encontremos una larga fila de familias a la espera de la adopción de un menor que se ajuste a sus deseos e ilusiones de maternidad o paternidad, pese a que en muchos orfanatos del mundo todavía hay niños necesitados de un hogar.

Es por ello, que firmemente convencida de que la adopción, por encima de cualquier otra cosa, es una medida de protección de un menor que no tiene hogar y no solamente la forma de culminar un deseo de paternidad o maternidad, me he dedicado en los últimos años a desarrollar proyectos para que menores, que por diferentes circunstancias o patologías estaban a la espera en casas de bienestar social u orfanatos, encontraran un hogar donde crecer y ser queridos de manera incondicional.

Estos menores conocidos como de "especiales necesidades" son niños como cualquier otro, y necesitan jugar, ser felices y encontrar un lugar donde ser amados. Cada vez que uno de estos ángeles encuentra su anhelado hogar y compruebo como el amor y los cuidados los transforman, pienso en la suerte que tengo de poder aportar mi granito de arena para que el mundo sea un poco mejor, y  pienso que soy la mujer más feliz del mundo porque,  ¡La felicidad tiene género! @mundiario


Blanca Rudilla Asensio es una de las cuatro integrantes de la mesa debate: ¨¿La Felicidad tiene género?¨, en la que participarán  las periodistas Sonsoles Ónega, Almudena Bermejo y Juana Erice,  el día 17 a las 16,45h. en el Instituto de Emprendimiento Avanzado de la Calle Turia de Madrid, dentro del World Happiness Fest, el foro más grande  sobre Bienestar y Felicidad que se desarrolla en España junto a otras 60 Ágoras en los 5 continentes. 

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