Los secretos de Tamara Falcó y por qué no se metió a monja

Tamara Falcó, marquesa de Griñon. / Instagram @tamara_falco
Tamara Falcó, marquesa de Griñon. / Instagram @tamara_falco

La marquesa de Griñón protagoniza un documental producido por '¡Hola!' en Amazon Prime Video.

Los secretos de Tamara Falcó y por qué no se metió a monja

Su madre piensa que su hija es muy joven para que le dediquen un documental. Sin embargo, Tamara Falcó ya tiene 39 años y sonríe diciendo a su madre: “¡Pero si le han hecho a la princesa Leonor!”, haciendo también reír a su progenitora.

La ganadora de MasterChef, producido por ¡Hola!, y que ya está disponible en Amazon Prime Video, participará en un documental en el que también estarán presentes su madre, Isabel Preysler, el diseñador Juan Avellaneda, la periodista Paloma García-Pelayo, su primo Álvaro Castillejo, el Padre Ángel y algunas de sus amigas más cercanas. En esta producción, la marquesa de Griñón revelará detalles íntimos de su vida.

El hermano que odiaba y con el que se quería casar

Tamara Falcó fue el cuarto retoño de su madre, la única hija que tuvo con Carlos Falcó, pero tiene hasta ocho hermanastros. Ella comenta al respecto: “Crean aquí una especie de Brady Bunch con los hijos de cada uno y me tienen a mí… de pequeña mi hermano Enrique me hacía rabiar muchísimo. Me llamaba Maruca. Me ponía histérica, me parecía horrible, me recordaba a una cucaracha o algo así”. Con el hermano que mejor se llevaba era con Julio, de quien dice: “Me quería casar con él. Me llevé una decepción tremenda cuando me enteré de que el papa había prohibido que se casaran hermanos”.

Sobre su tío Julio

Califica como “muy buena” su relación con su tío Julio Iglesias y agrega: “Siempre ha sido supercariñoso”. También en medio de risas recuerda cuando una vez la cargó y le dijo: “¡Es que casi podías haber sido hija mía!”. Su madre recuerda que Tamara era una niña muy divertida y que “a veces venía donde los mayores y se metía en las conversaciones nuestras y era muy graciosa”.

 

Su vocación

En cuanto a su vocación, Tamara “no sabía qué quería ser de mayor”, pero luego tuvo claro que se quería dedicar a la moda, por lo que cursó un máster especializado en Italia. Respecto a su fe, ella no entendía por qué su abuela le hacía misas a ella y a su hermana, pero ahora comprende “su valor”.

En un momento, se planteó entrar en un convento porque le decían que “iba a sentir algo superfuerte”, pero no fue así y se convenció de que no era su sitio. Además, esto coincidió con otras circunstancias que le impidieron dedicarse a la vida religiosa con denuedo. @mundiario

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