El príncipe Enrique y Meghan Markle: la relación que marca un hito en la historia
La nueva pareja real de moda ya anunció su compromiso, se casarán en la próxima primavera y han están haciendo historia. Y aunque los novios aseguraron que la reina está contenta con el enlace, ¿será verdad?
El príncipe Harry por fin sentará cabeza y lo hará con una mujer inesperada, la actriz estadounidense Meghan Markle. Y es que la pareja está marcando un antes y después con su reciente compromiso, porque será la primera pareja real interracial, todo un hito tomando en cuenta la larga historia de la realeza británica.
Todo el mundo especula al respecto de la opinión de la reina Isabel II sobre el reciente compromiso de uno de sus nietos con una mujer hija de madre negra y padre blanco-judío. Vayamos al pasado para entender un poco sobre el complicado mundo real en el que se sumergirá la actriz. El pueblo británico no olvida la frialdad que Su Majestad mostró cuando murió la Reina de Corazones, es decir, Diana de Gales, la madre de dos de sus nietos –uno de ellos está llamado a ser Rey-. Tampoco olvidan que fue ella quien obligó a que su heredero se casara con una mujer que no amaba y apenas conocía porque sencillamente era el ideal de lo que debía ser: virgen y de origen aristocratico. Sorteando así a una de las mayores relaciones tóxicas de la historia royal del Reino Unido.
Lo mismo ocurrió con dos de sus hijos: la princesa Ana y Andrés, duque de York. El único que parece tener un matrimonio feliz y tranquilo es Eduardo, conde de Wessex, el hijo más joven de la reina. Pero el resto de sus hijos fueron condenados a casarse según dictaban las normas y aunque tienen hijos que aman, ciertamente no alcanzaron la felicidad. Un ejemplo claro es Carlos, príncipe de Gales que muchos años después pudo casarse con Camilla, su antiguo amor.
Quizás los años, los cambios en la sociedad, las experiencias o la simple realidad hayan hecho que la reina baje sus expectativas al respecto de lo que desea para su familia. Catalina, duquesa de Cambridge es la esposa del segundo en la línea de sucesión al trono, y ciertamente, ella no tiene un origen royal. Pero a diferencia de Meghan viene de una familia rica, ha sido educada en una universidad importante y sobre todo, es británica, blanca y ha contado con mucho tiempo para ganarse a su familia política.
La prometida de Enrique de Inglaterra es estadounidense, actriz y como ya expresamos, es hija de una pareja interracial. El príncipe, desde su adolescencia, nos tiene acostumbrados a sus polémicas, energía y rebeldía. Con todo y eso, se ha ganado el corazón de su pueblo gracias a que heredó el corazón sincero y original de su madre. Y a pesar de que en los últimos años se ha estado comportando, no deja de ser quién es, y sin duda el no iba a comprometerse con una aristócrata, porque ese desbocado corazón fue robado por una californiana que está muy lejos de ser royal.
La familia real británica lejos de prohibirle tal cuestión, ha tenido que aceptar la decisión del príncipe por distintas razones. Primero es su felicidad, segundo conforma una de las tres puntas de las joyas de la corona junto a William y Kate, y tercero, estamos en tiempos modernos y Markle se ha vuelto muy popular y querida ante los ojos del mundo.
Si Isabel II está o no de acuerdo, no lo sabemos. Lo que si sabemos, es que su nieto está feliz, emocionado y contento con su relación. Una cuestión que importa ante todas las cosas. En cuanto a qué opinaría Lady Di sobre su nuera, pues Harry lo tiene claro: “Serían como uña y carne, sin duda, creo que ella estaría encantada, saltando de alegría, sabes, muy emocionada por mí, pero entonces, como digo, sería, probablemente, la mejor amiga de Meghan”. @mundiario
