Ojalá coincida en otra vida con una mujer como la actriz Blanca Suárez

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Blanca Suárez. / Jordi Socías

No sé que le pasa al personal en las redes sociales para meterse con un pibonazo como la actriz Blanca Suárez.

Ojalá coincida en otra vida con una mujer como la actriz Blanca Suárez

Estamos tontos o qué. No es la primera vez que le sucede y Blanca tiene que responder con otro tuit o con alguna foto al envidioso de turno que la llama "gorda".

La actriz Blanca Suárez es un pibonazo que ya quisieran muchos tener como vecina o compañera en la Autónoma. A mí me gusta, me pone, me inspira, me permite escribir estas palabras contra esos tuiteros que se miran al espejo con los ojos de la madre que los parió.

Aquí declaro que a mí no me hubiese importado tomar un café alguna vez con Blanca, y dos, y tres, y hablar de un viaje a alguna capital de Europa donde las mujeres como ella me recuerdan que la belleza no es un estado, sino un instante.

Me habría gustado conocer a Blanca en la facultad, en un ascensor, o buscando un CD de Miles Davis en el FNAC. Seguramente me habría sonrojado y habría temblado de miedo, de una emoción tan destructiva como atrayente, porque algo así es lo que me producen unos ojos como los de ella, o ese pelo, o ese cuerpo que yo quiero para otra vida, y que no cambiaría por ninguna de las angélicas y escuálidas musas de Victoria´s Secret.

Ojalá hubiese coincido con Blanca en unas clases particulares de inglés. No me habría atrevido a decirle nada ni a pasarle una nota con una frase cursi. Me habría hundido en mi pupitre, esperando a que ella me mirase esquiva. Y eso habría bastado para hacerme feliz.

Blanca, siempre Blanca. Eterna Blanca. Tu cuerpo me alegra cualquier día, recuérdalo. Y aunque pasen los años, será polvo enamorado.

Deseo que coincidamos en otra vida. Con permiso de mi mujer, claro.

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