Mallorca o el infierno personal de la reina Letizia
Doña Letizia está obligada a pasar toda una semana en compañía de su familia política, con la cual, no se lleva nada bien entre tensas relaciones con sus suegros y sus cuñadas.
En agosto Mallorca se convierte en el centro de atención en España gracias a que la Familia real al completo se traslada hasta la isla balear para cumplir con la vieja tradición de reunirse en el Palacio de Marivent, que este año han cambiado por Almudaina donde pasan un tiempo lejos del bullicio, o eso intentan, ya que prácticamente toda la prensa vuela hasta el lugar para poder captar cada momento que puedan de la familia, esto, a pesar de que por iniciativa propia acepten posar y hablar con la prensa. Por esto y todo los malos ratos que ha tenido desde que era princesa de Asturias, Letizia quizás viva un infierno personal cada vez que pisa Mallorca.
Nos da la impresión que el posado vacacional y todo el tiempo que la Familia real pasa en la isla no es más que otra semana de trabajo, o al manos, así es para la reina, que no se relaja ni un solo instante que pasa en el lugar. Lejos han quedado los días en que veíamos a doña Letizia apoyar a su esposo en las competiciones de vela, o cuando dejaba que sus hijas salieran con su abuela, la reina Sofía, y el resto de sus primos; tampoco se pasea por la isla y mucho menos se le ve cerca de ninguno de los miembros de su familia política, con quienes no se lleva nada bien.
Estamos seguros que esta semana no será de las más agradables para la reina Letizia y te lo explicamos en breves razones:
> Otro encuentro con su suegra: este año se salva de que don Juan Carlos esté en el medio de un huracán mediático por sus indiscreciones y deje de asistir a la Copa del Rey en competencia de vela por un supuesto dolor de espalda. Pero esto no evita que tenga que ver al resto de su familia política encabezada por la reina Sofía. Este año tiene un especial acento gracias al enfrentamiento que dio la vuelta al mundo en las pasadas pascuas cuando la reina evitó que su suegra se tomara una foto con sus hijas. El desprecio de Letizia y el comportamiento de la heredara fueron altamente criticados y causaron una pequeña crisis que obligó a que más tarde ambas reaparecieran con una doña Letizia abriendo la puerta a su suegra, algo insólito en términos protocolares.
Lo anterior no convenció a nadie, y tampoco lo hizo la reunión de mujeres que tuvieron las reinas juntos a las jóvenes de la familia cuando fueron al teatro. Ahora, los medios esperan verles aunque sea en una ocasión, algo que Letizia no podrá evitar y que todos tachan como otro gran e incómodo momento. Además de doña Sofía, la austariana debe convivir con su cuñada, la infanta Elena, con quien tampoco se lleva muy bien.
> La familia Urdangarín-Borbón: parte de la tradición familiar consistía en ver a la reina Sofía pasearse con sus queridos nietos y pagarles unas clases en vela, afición que prácticamente adora toda la familia. Sin embargo, en esta ocasión no harán acto de presencia los hijos de Iñaki Urdangarín y la infanta Cristina, quienes se trasladarán hasta Minnesota, EE UU, done vive la hermana del exduque. Gran parte de esta decisión se debe a la entrada de Urdandarín a la cárcel y la necesidad de aparatar a los jóvenes del escrutinio público. Aunque a nadie se le escapa que Letizia y Cristina tampoco se llevan bien y desde hace años, los jóvenes se han alejado de la Familia real (Felipe VI, Letizia, la princesa Leonor y la infanta Sofía), algo triste si tomamos en cuenta que Juan Valentin, el hijo mayor del matrimonio, era muy pegado a su tío el Rey.
Asimismo, es conocido el rechazo que siente la reina por Urdangarin, un sentimiento reciproco de parte del exduque; y el hecho de que durante todos estos años los reyes eméritos, la infanta Elena y tantos otros miembros de la realeza formaran un frente unido a favor de Cristina, tampoco ha ayudado a limar la aspereza en la familia.
> Mallorca no son vacaciones, es más trabajo: si hay algo muy cierto, es que doña Letizia ve la monarquía como un trabajo que puede dejar atrás luego de cada tarde cuando regresa a su casa y cambia sus tacones por un calzado más cómodo; pero lo cierto es que ser reina es una dignidad que le acompaña todo el tiempo, incluso cuando veranea. Esto nunca lo ha entendido y por eso nunca ha terminado de adaptarse a su papel institucional. Cuando era princesa de Asturias, la veíamos en las regatas apoyando a su esposo, se dejaba ver durante momentos íntimos con su familia, paseaba por el puerto y realizaba más actividades… ahora no tenemos nada de esto, aparte del posado oficial, un paseo cultural y una recepción oficial. Atrás quedaron esos días en que parecía disfrutar junto su familia, siendo ahora mucho más estricta con su intimidad y no dejándose exponer para, suponemos, evitar cualquier crítica que de igual forma siempre llega. Algo que seguirá siendo así porque lo quiera o no, ostenta el título de Reina de España y es algo que puede quitarse y colocarse cuando le plazca. @mundiario
