Mako, la exprincesa de Japón: de la corte imperial a la jungla de cemento

Mako Komuro, exprincesa de Japón. Casa imperial de Japón.
Mako Komuro, exprincesa de Japón. / Casa imperial de Japón.

La vida de la exprincesa transcurre en Nueva York, donde intenta mantenerse alejada de los lentes de los paparazzi desde que llegara el pasado noviembre tras abandonar la corte de su tío, el emperador.

Mako, la exprincesa de Japón: de la corte imperial a la jungla de cemento

Mako Komuro intenta vivir una vida anónima, tal como han hecho muchas otras exprincesas japonesas que abandonaron la corte del emperador por amor. Mako como su tía Sayako Kuroda o su prima lejana Ayako Moriya, se vieron en la obligación de apartarse de la corte imperial debido a que escogieron casarse con plebeyos, el caso de Mako es más llamativo y explicamos el por qué.

Mako es la hija mayor del príncipe Hisahito, segundo en el orden de sucesión, y de Kiko de Akishino. Sus hermanos son la princesa Kako y el príncipe Hisahito. Desde el año 2012 empezó una relación con su entonces compañero de la Universidad de Gakushuin, Kei Komuro, cuya boda iba a celebrarse inicialmente en noviembre de 2018, pero una serie de eventos se juntaron para complicar la vida de esta exprincesa.

Resulta que problemas económicos de parte de la madre de Komuro no cayeron bien a la Casa imperial, en especial a los príncipes de Akishino, que pidieron a su hija aplazar el matrimonio hasta que la familia Komuro solventara sus problemas económicos. Entonces Kei fue a completar sus estudios en EE UU, donde reside actualmente.

El aplazamiento de la boda, las críticas de los medios de comunicación y la sociedad en general, así como la presión de ser una de los pocos miembros de la Familia imperial japonesa que quedaban, sumergieron a Mako en una depresión similar a la que sufrió su tía, la emperatriz Masako, debido a la presión por tener un heredero varón.

 

Casi tres años después de haber aplazado la boda a la fuerza, Mako tomó la decisión de casarse con el mundo en contra. Kei regresó a Japón y celebraron una ceremonia civil que confirmaba el enlace de la pareja. Para esto, Mako renunció a la dote que se le entrega a las exprincesas al momento de abandonar su estatus imperial y que corresponde a casi 1,2 millones de euros, además de renunciar a la gran boda que merecía como sobrina del emperador Naruhito e hija del heredero al trono.

 

Una plácida vida en Nueva York

Podría hacerse una novela de la vida de Mako. La exprincesa abandonó su vida privilegiada, llena de los lujos y las restricciones del palacio para entregarse de lleno al amor en una de las ciudades más cosmopolitan del mundo: Nueva York.

Mako se mudó a la jungla de cemento, concretamente a Manhattan, junto a Komuro donde intentan vivir una vida anónima lejos de los lentes de los paparazzi que día a día intentan captar a la hija del heredero del trono japonés.

Primero fue captada de compras por Nueva York, donde los paparazzi sacaron sonrisas al fotografiarla algo perdida en tan enorme ciudad, y ahora han logrado captarla en un paseo con Kei. Se puede notar el cambio en Mako, que ya no lleva los elegantísimos y tan de antaño conjuntos que debía de lucir como miembro de la corte, pero el cambio más llamativo es que ahora deja su larga melena al viento. Su vestimenta suele consistir en jersey poco ajustados y faldas largas, dejando ver que la exprincesa prefiere la comodidad ante todo.

 

Por ahora, Mako no trabaja pero se espera que empiece a ejercer pronto ya que es graduada en arte y patrimonio cultural, mientras se encarga de adornar su nuevo apartamento ubicado en Hell’s Kitchen, un barrio de Manhattan donde viven cerca del bufete de abogados donde trabaja Komuro.

Ahora que Mako vive alejada de la corte de su tío Naruhito, le ha tocado a la princesa Aiko, empezar a tomar el lugar de su prima para poder cubrir la mayor cantidad de actos como miembro activo de la familia imperial, ahora más reducida que nunca con apenas 12 miembros, de los cuales tres tienen más de 80 años y uno no forma parte de los actos oficiales al ser menor de edad. Tanto la princesa Aiko como la princesa Kako podrían terminar abandonando la corte en un futuro cercano al decidir casarse con plebeyos. @mundiario

 

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