La leyenda de Peter Fonda trascendió al mundo del cine

Peter Fonda
Peter Fonda en una de las escenas de Easy Ryder. / Twitter
El famoso actor estadounidense fue durante 50 años el ícono de la contracultura de su país, gracias al papel de Wyatt en la película Easy Rider.
La leyenda de Peter Fonda trascendió al mundo del cine

El nombre de Peter Fonda estará para siempre ligado como la cabeza visible del fenómeno de la contracultura norteamericana de los años sesenta, y cuando se hizo oficial su muerte el pasado viernes, por las complicaciones derivadas de un cáncer de pulmón que padeció, quizás muchos se preguntaron si la leyenda del actor se transformaba en un mito.

El hijo de Henry Fonda se convirtió en un mito viviente hace años, después de comenzar su vida profesional en el mundo de la televisión en la década de los sesenta. Pero fue a finales de esa época cuando se metió de lleno en el mundo de la onda hippie cuando comenzó a dar forma a la imagen que todos conocen hoy día.

Sus papeles en dos films independientes, el primero The Trip (El Viaje) de Roger Corman  y luego en la producción de Dennis Hopper en Easy Rider (Busco mi destino) captaron la esencia del espíritu rebelde y libre de Fonda, que conectaron inmediatamente con la audiencia, en un momento en el que la sociedad estadounidense estaba en plena convulsión.

Aunque su personaje de Paul Groves en la producción de Corman es catalogado como una gran actuación, lo que ocurrió con  Wyatt en Easy Rider pasó a otra dimensión con un trabajo de época junto con el propio Hopper y Jack Nicholson, con el desierto, el sonido de las motos y el ritmo de la canción Born to be Wild -una de las melodías ideales para ir por carretera si eres amante de la música-. Esa mezcla convirtieron a esta pieza audiovisual en una referencia inequívoca del cine del siglo XX.

Después de ese momento cumbre de su vida, Peter Fonda se transformó en un mito viviente, en los ojos de América decían algunos. A su carrera no le afectó no ser reconocido por los Premios Oscar, ni que sus papeles posteriores fueran de bajo perfil. Ya se había metido en su bolsillo a toda una generación de ciudadanos del mundo.

A sus 79 años, Peter se marchó raudo hacia otras latitudes, seguro que vivió plenamente y con intensidad, labrándose su propio camino a pesar de estar en el medio de la fama de su padre y de su hermana Jane. Se fue uno de los grandes del cine, pero su legado estará presente. ¡Hasta siempre Wyatt! @mundiario

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