El impacto de Robin Williams en el cine es mayor de lo que imaginamos

Robin Williams, actor y cómico. Instagram.
Robin Williams, actor y cómico. Instagram.
Conmemoramos el aniversario de la muerte de Robin Williams recordando su gran disputa legal con Disney
El impacto de Robin Williams en el cine es mayor de lo que imaginamos

Hoy se cumplen 6 años de la muerte de Robin Williams, que falleció a los 63 años en su residencia de California. Su trágico suicidio sigue sin ser algo de lo que la familia del actor quiera hablar, pero podemos recordar algunas de las situaciones más icónicas que vivió. Williams fue uno de grandes actores de la industria hollywoodiense, y algo que lo hizo destacar aún más entre sus compañeros de gremio, fue la eterna disputa entre él y Disney. Interpretó al Genio en la película de “Aladín”, pero ciertas partes de su contrato no fueron respetadas como él esperaba que fuesen al firmar. Esta es la historia de su pelea con el ratón.

Hasta hace relativamente pocos años, el cine de animación no utilizaba a famosos como dobladores ni basaba sus campañas de marketing en promocionar una lista de talentos ya conocidos en otros sectores de la industria. Quienes interpretaban los distintos papeles eran actores de doblaje, o, excepcionalmente, actores algo famosos, pero no tanto como para ser un punto de atracción de audiencia. “Shrek” (2001) fue de hecho de las primeras en hacer esto. Para cuando se empezó a producir “Aladín” (1992), Disney ya había tenido a personalidades algo reconocidas poniendo voz a sus personajes, pero nunca antes alguien de la talla de Robin Williams, ni con tanto éxito como tuvo él en el rol.

El actor, de hecho, se hizo famoso haciendo monólogos, es decir, que fue cómico antes de ser actor profesionalmente. La mayoría los escribía él mismo, pero lo que los hacía funcionar bien era la forma de introducir y contar cada chiste del actor. Tenía un control del tiempo muy bueno para que la broma calase, y en general, era un gran humorista.

Con Disney protagonizó las tres grandes películas que lo llevaron a ser reconocido como uno de los mejores actores de Hollywood en su época: “Good Morning, vietnam” (1987), “El Club de los Poetas Muertos” (1989), y finalmente, para un público más infantil, “Hook, El Capitán Garfio” (1991). ¿Y si él no quería que su nombre se usase, por qué aceptó el contrato que le ofrecían? Pues lo cierto es que los propios guionistas de la película habían basado el personaje en Williams antes siquiera de ofrecerle el puesto, tomando como inspiración para el estilo y la forma de hablar del Genio, sus monólogos y la entonación que usaba en ellos. El personaje del era dinámico, gracioso, y a menudo se transforma en un presentador o maestro de ceremonias, por lo que contratar a un actor de renombre que pudiese cumplir con las exigencias del rol, sería marcar todas las casillas..

Sabiendo que el sidekick de la película era ya en ese momento el elemento clave en cualquier entrega de Disney, conseguir que Robin Williams aceptase interpretar al Genio era fundamental, pues al fin y al cabo, todo el concepto de la película estaba basado en él. Lo que hizo la compañía fue pedirle a Eric Goldberg, uno de sus principales animadores, que animase con el Genio como protagonista uno de los monólogos de Williams. Se lo enseñaron al actor y le encantó, así que firmó sin saber todo lo que se le venía encima.

El conflicto se originó realmente porque él pidió que su nombre se usase en un 25% o menos de la campaña de marketing, pues otra película humorística protagonizada por él saldría poco después y era consciente de cómo “Aladin” la podía perjudicar en taquilla (como acabó pasando). Se hizo público que Robin Williams no quería que su nombre se usase como marketing para promocionar la película, o que por lo menos no se usase como atractivo principal. La gran batalla entre el actor y la compañía se desató porque Disney estaba utilizando su voz y nombre no sólo para vender la película, sino para vender merchandising, y eso cruzaba la línea para él.

“Adoro la animación, y Disney es el Rolls-Royce de la animación” Declaró Williams en 1994. “Les dije ‘no uséis mi voz para merchandising’ y aceptaron”. Cuando la compañía lo hizo a pesar de su acuerdo, Williams sintió que habían traicionado su confianza.

Primero las dos partes se mantuvieron firmes, y después fue Disney quien trató de frenarlo, pues el actor estaba hablando mal públicamente de la empresa. Le enviaron un Picasso, pero no sirvió de nada, y cuando Williams murió, un día como hoy con 63 años, todavía no se habían hecho las paces. @mundiario

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