Así ha sido la boda de Jaime de Borbón-Dos Sicilias y Charlotte Lindesay

Jaime de Borbón-Dos Sicilias y Charlotte Lindesay. Instagram.
Jaime de Borbón-Dos Sicilias y Charlotte Lindesay. Instagram.

La flor y nata de la realeza y aristocracia europea se ha dado cita en Palermo este sábado para celebrar la unión de los duques de Noto. Te contamos todos los detalles.

Así ha sido la boda de Jaime de Borbón-Dos Sicilias y Charlotte Lindesay

Jaime de Borbón-Dos Sicilias y Charlotte Lindesay ya son marido y mujer. El primogénito del duque de Calabria Pedro de Borbón-Dos Sicilias y su esposa Sofía Landaluce le ha dado su ‘si, quiero’ a la lady escocesa este sábado en la boda royal del otoño, celebrada en la Catedral de Santa María la Nueva de Monreale, Palermo. 

La flor y nata de la realeza y aristocracia europea se ha dado cita en Sicilia, Italia, este fin de semana para celebrar la unión de los duques de Noto. Un total de 200 invitados vip han acompañado a los novios en esta ocasión tan especial: desde los duques de Huéscar Sofía Palazuelo y Fernando Fitz-James; los hijos del duque de Alba, Carlos, y su mujer Belén Corsini; hasta Carla de Bulgaria, que acudió acompañada de su hijo Mirko.  

Al boda, sin embargo, no ha asistido ningún miembro de la familia real española, invitados de honor al enlace por los lazos que les unen a Jaime de Borbón-Dos Sicilias: el abuelo del novio, el príncipe don Carlos de Borbón-Dos Sicilias, era primo hermano del rey emérito Juan Carlos y uno de sus grandes amigos y confidentes. De hecho, durante su reinado, el padre de Felipe VI le nombró infante de España. A la ceremonia estaban invitados los Reyes, Don Juan Carlos y Doña Sofía y las infantas Elena y Cristina.

 

Carruaje, tiara real y un vestido romántico

Charlotte, que es la hija menor de los condes de Lindsay, ha llegado al lugar de la ceremonia en un coche de caballos y con el sonido de las gaitas de fondo, en un guiño a sus orígenes escoceses. Algo que ha llamado mucho la atención de los curiosos es que la novia fue la primera en llegar al templo, no está claro si tradición o un fallo en la planificación.

Tras la entrada en la iglesia del novio, Charlotte caminó hacia la iglesia del brazo de su padre y, por fin, dejó al descubierto el secreto mejor guardado: el vestido de novia. La joven apostó por un espectacular diseño de inspiración romántica con cuerpo de encaje de cuello alto y falda evasé, que combinó con una tiara real (como manda la tradición) que pertenece a la familia de su padre, James Lindesay-Bethune. Se trata de una diadema de diamantes con remate de perlas a juego con sus pendientes en forma de gota. 

 

 

El duque de Noto, por su parte, ha llegado al lugar de la ceremonia a bordo de un flamante vehículo negro y acompañado de su madre y madrina, Sofía Landaluce. 

Los novios han abandonado la Catedral de Monreale, ya convertidos en marido y mujer, en el mismo carruaje que había llevado a la novia, rumbo a la recepción que se celebraría en el Palacio Real de Palermo, también llamado Palacio de los Normandos. @mundiario


 

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