La Xunta de Galicia incumple frente a la Covid-19

Médicos con mascarillas. / RR SS
Médicos con mascarillas. / RR SS
El levantamiento del estado de alarma no eximía a la Xunta de Galicia y a su presidente Alberto Núñez Feijóo, de la obligación de tomar las medidas preventivas y de salud públicas correspondientes, y disponer de los servicios necesarios.
La Xunta de Galicia incumple frente a la Covid-19

Efectivamente, negarse a ofrecer el número de rastreadores de los que dispone la Xunta de Galicia, como ha hecho el conselleiro de Sanidade, es de una gravedad extrema, porque oculta una información muy importante, tanto para la ciudadanía en general como para el control democrático por parte de la oposición parlamentaria; como también lo es que no se publiquen, en la web de la mencionada consellería, los datos diarios del número de infectados por la covid-19 que han tenido en cada uno de los municipios de la Comunidad Autónoma, negándoles a los gobiernos municipales una información fundamental para la colaboración interadministrativa.

A partir del 21 de junio, el estado de alarma quedó sin efecto, por dos razones: una, porque algunas comunidades autónomas y sus presidentes, querían asumir directamente la gestión de la pandemia –como fue el caso de Galicia-, sobre todo porque entonces el índice acumulado de infectados estaba en mínimos. Y otra, porque determinados grupos parlamentarios, como el PP o ERC, se opusieron en varias ocasiones a algunas de las prórrogas. 

El hecho de que el estado de alarma fuese levantado, por el avance favorable en la contención de la pandemia, no eximía a la Xunta de Galicia y a su presidente Alberto Núñez Feijóo, de la obligación de tomar las medidas preventivas y de salud públicas correspondientes, y disponer de los servicios necesarios para combatir cualquier brote o repunte de los contagios. 

El Gobierno de España, mediante la publicación del Real Decreto-ley 21/2020 de 9 junio, ya había establecido una serie de obligaciones a los gobiernos autonómicos, determinando que el camino hacia la “nueva normalidad” obligaba a mantener una serie de medidas, como el mantenimiento de la distancia de seguridad, el uso de mascarillas, las medidas de higiene, los aforos de los establecimientos…disponer del número suficiente de profesionales, en la prevención y control de la enfermedad, su diagnóstico temprano, la atención a los casos y la vigilancia epidemiológica, O sea, reforzar los equipos de atención primaria de salud, garantizar un número de rastreadores que permitiesen hacer un seguimiento efectivo de los casos y contactos. Esto no se ha cumplido porque en los centros de salud los profesionales de enfermería y medicina no hacen de rastreadores, por lo tanto los datos de la Administración autonómica, cuando los incluye, falsea la realidad. La Xunta, absurdamente, no quiere reconocer la insuficiencia de rastreadores, y por eso no ha solicitado un mayor número de ellos al Ejército (en Galicia hay ciento ochenta), aun cuando la ministra de Defensa Margarita Robles, ha anunciado que tiene a disposición de los territorios tres mil militares preparados para tal cometido. 

No se cumplieron las premisas y por tanto, no se incrementaron los efectivos, sino que incluso en muchos centros de salud se redujeron las plantillas, y los infectados fueron aumentando sin que hubiese una respuesta inmediata y eficaz. La imprevisión y la ausencia de medidas eficaces afectaron al ámbito sanitario, también a las residencias de mayores, a la planificación de los centros educativos y a las actividades de muchos sectores. No se ha aprendido de la primera experiencia de marzo y ahora tenemos que volver a empezar. @Mundiario

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