El futuro urbanístico de A Coruña, pendiente de que las administraciones aprendan a colaborar

Un petrolero en el puerto de A Coruña. / Mundiario
Un petrolero en el puerto de A Coruña. / Mundiario
Se echó en falta la presencia del concejal de Urbanismo de A Coruña, Francisco Dinís, que declinó su participación con argumentos sobre Galicia Debate que o son excusas, para no mojarse, o demuestran su desconocimiento.
El futuro urbanístico de A Coruña, pendiente de que las administraciones aprendan a colaborar

El puerto de A Coruña no es el único eje para el desarrollo urbanístico de la Ciudad, y de su Área Metropolitana funcional, pero es clave para su futuro. Y depende de que las Administraciones y Entidades públicas implicadas sean capaces de colaborar. Autoridad Portuaria, Puertos del Estado, Ayuntamiento de A Coruña, Xunta de Galicia y Adif forman parte de un imprescindible puzzle, que si lo denominamos con el nombre español de rompecabezas nos acercaremos más a la difícil realidad que tiene por delante.

El miércoles 25, Galicia Debate de A Coruña abordó el futuro del puerto interior de A Coruña y la obligada estructuración urbanística de la fachada marítima y de las decenas de miles de metros cuadrados que van a ir quedando a disposición de una obligada ordenación de la que va a depender la personalidad de una Ciudad y hasta de su Área Metropolitana.

Contamos con dos ponentes de alta cualificación y significación para abordar el tema: Martin Fernández Prado, presidente de la Autoridad Portuaria, que tiene además la ventaja de haber sido concejal de Urbanismo del Ayuntamiento y de ser profesor de Urbanismo de la Universidad de A Coruña; y Carlos Nárdiz (a quien acompañaron personas de su equipo de trabajo), profesor de Urbanística en la Universidad de A Coruña, y que dirige el equipo que creó el Rectorado de la Universidad con motivo del Convenio firmado entre Universidad y Ayuntamiento para desarrollar todo el análisis y la propuesta urbanística para el desarrollo urbano y metropolitano del “qué hacer”, que pueden orientar y condicionar el futuro desenvolvimiento de la Ciudad. Introdujo sus exposiciones el ex-concejal de Urbanismo de A Coruña Juan Díaz Villoslada, que durante bastantes meses tuvo que colaborar con ambos ponentes en la búsqueda de un entendimiento para hacer viable el obligado proyecto.

Pero se echó en falta la presencia del concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de A Coruña, Francisco Dinís Díaz Gallego, invitado a participar como ponente, que declinó su participación con argumentos y apreciaciones sobre Galicia Debate que, o son excusas para no mojarse, o demuestran su enorme desconocimiento sobre lo que es realmente Galicia Debate.

La asistencia de miembros de Galicia Debate fue muy numerosa, y de muy alta cualificación, tanto por sus conocimientos sobre el tema como por su implicación, en distintas facetas, con la Ciudad. Algo que se demostró por el gran número y por el alto nivel de las intervenciones.

Ambos ponentes ofrecieron una visión complementaria acerca del problema. Martín Fernández Prado, por razón de su cargo, mostró más los problemas de gestión (el traslado paulatino de numerosas actividades del puerto a Punta Langosteira, la reubicación de las actividades que continuarán en el puerto primitivo), así como el entendimiento entre las diversas Administraciones implicadas: entendimiento difícil, bien por las diferentes visiones sobre las alternativas a generar, bien por la falta de alternativas claras que ofrecer a un problema estratégico de gran envergadura. Así como el modelo a asumir para estructurar la financiación del camino a elegir.

Carlos Nárdiz presentó de forma impecable las fases de actuación urbanística, con una visión no solamente urbana, sino también metropolitana, y contemplando no sólo las posibles actuaciones sobre los terrenos que se irán liberando, sino la razón de ser de estas actuaciones para lograr una integración adecuada con el resto de la ciudad, para aprovechar la ordenación urbanística para introducir alternativas de movilidad, para un trazado que permita una transición armónica con el conjunto de la ciudad,  y para facilitar en ella las opciones para el transporte metropolitano. Todo ello con un planteamiento claro de las inversiones necesarias para cada actuación; aunque -lógicamente- respetó el ámbito de adentrarse en la fórmula de financiación, por ser ésta objeto de entendimiento entre las Administraciones y entidades afectadas.

Sí quedó en evidencia que, aunque en algunos momentos, quizá muy puntuales, se han presentado acercamientos y entendimientos entre las diversas Administraciones, la distancia entre ellas para acordar alternativas comunes es muy grande, tanto por corresponder a una concepción sobre unos modelos económicos diferentes, como por ni siquiera tener suficientemente maduros dichos modelos.

En el entretanto, la Autoridad Portuaria y su Consejo de Administración van acometiendo los problemas del traslado de actividades, así como hacer frente a la financiación obtenida del BCE. Y a la determinación de las propuestas de las actividades que deben seguir desarrollándose en el puerto originario, como la terminal de cruceros, la lonja. La industria pesquera asociada, que genera varios cientos de puestos de trabajo, y una terminal de contenedores (fruto, tal vez, de una elección inadecuada de la ubicación marítima del puerto exterior). El tema de contenedores se asocia, lógicamente, con el problema del transporte ferroviario y de una terminal de mercancías, y con las condiciones técnicas y territoriales necesarias para que éste cumpla su función, e incluso su coordinación con el ferrocarril que se construye desde Punta Langosteira.

En las numerosas intervenciones de los participantes se mostraron diversas preocupaciones, tanto por las actividades a generar a partir de la ordenación urbanística y con los usos del suelo, como con el modelo de financiación y gestión. Algunas divergencias sobre si debe haber uso residencial: ahí se suscitó un tema que puede ser objeto de tratamiento en otra sesión de Galicia Debate, como es el del tratamiento a dar al problema de la vivienda en A Coruña, ya que había diversas preocupaciones al respecto. Destacaban algunas preocupaciones sobre las dotaciones culturales, así como sobre la desolación que puede generarse sobre decenas de miles de metros cuadrados donde no haya asentamiento residencial.

Hubo debate sobre la forma del tratamiento que se está dando a toda esta problemática, donde las Administraciones, en todo este tiempo, no parecen haber contado de manera eficaz con los pareceres de la ciudadanía, especialmente la ciudadanía organizada en los movimientos ciudadanos, cultural, e incluso empresarial; exceptuadas, en este caso, las empresas interesadas en las actividades portuarias.

Sobre los posibles modelos de gestión y financiación no se habló mucho, aunque hubo varias intervenciones que hicieron referencia a ello. Sí se comentó desde el punto de vista urbanístico- que se habían tenido en cuenta diversos modelos exitosos de ordenación. Y eso dio pie a que se sugirieran ciertas críticas -en cuanto al modelo de gestión y financiación- en relación con modelos citados. Por ejemplo, el caso de Bilbao. Con sugerencias a soluciones de modelos que incluso no tienen nada que ver con puertos, pero cuya negociación ha tenido en cuenta importantes aspectos sociales, como es el caso de Chamartín Madrid Norte, cuya negociación entre la propiedad y el Ayuntamiento madrileño, gobernado entonces por Manuela Carmena alcanzó mejoras sustanciales desde el punto de vista social e incluso urbanístico.

Área Metropoliotana

Lo que sí se percibió fue también la falta de participación activa hasta ahora del empresariado, y que se echaba de menos la Coruña financiera que funcionaba de manera activa hace 25 años. Aquí me van a perdonar que me permita sobrepasar el resumen de la sesión para señalar mis propias posiciones (expresadas también en el debate). O el “tic”, que viene de antiguo, de una Coruña que no cuenta suficientemente con la realidad de un Área Metropolitana, que reúne a más de la mitad de habitantes que los que tiene A Coruña, y de la que la capital necesita para una mayor eficiencia en la prestación de muchos servicios. Comenzando por el transporte. Sobre esto hubo varias intervenciones.

Algo que también quedó claro en las intervenciones de los ponentes es que para que el plan urbanístico sobre el que se ha trabajado pueda cumplirse, se hace necesario el cambio de usos del suelo, porque procediendo de dominios portuarios su adscripción es al del uso industrial.

Un debate de mucho interés, que en cualquier caso queda abierto, tanto a que las Administraciones dejen a un lado los protagonismos y busquen mecanismos de entendimiento, como a que se cuente con la ciudadanía organizada y con el empresariado. Claramente podría ser un caso de una colaboración público-privada no basada en la especulación (como es usual), sino en la cooperación mirando al futuro y a la utilidad social para A Coruña y su Área Metropolitana, sin que por ello tenga que perder nadie, pero evitando los procedimientos especulativos que estamos hartos de ver.

Podría ser un buen momento para ensayar un modelo creativo, y más adecuado a lo que hemos aprendido de las últimas crisis, y que parecen haber aprendido incluso muchos gobernantes incluso conservadores, y algunos poderosos de la Tierra. @mundiario

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