Feijóo le debe a Galicia un plan eólico realmente estratégico

Aerogeneradores de Acciona.
Aerogeneradores de Acciona.
La gestión eólica de Feijóo no ha podido ser más pobre: de 2009 a 2020 ha aprobado proyectos de 667 megavatios: 1600 menos que los 2290 que suprimió.
Feijóo le debe a Galicia un plan eólico realmente estratégico

Cuando Núñez Feijóo llegó a la Xunta de Galicia en 2009 anuló de inmediato el Plan Eólico que había adjudicado por concurso el Gobierno bipartito, por un total de 2.290 Megavatios de potencia a instalar. Y prometió sustituirlo por un nuevo Plan Estratégico que cumpliera con creces las expectativas del plan suprimido. Se limitó a aprobar una ley en diciembre de ese mismo año sobre el Aprovechamiento Eólico de Galicia.Y a dejar -el liberalismo económico tiene eso- que la iniciativa privada fuera actuando por goteo para la instalación de pequeños parques eólicos.

El resultado de su gestión no ha podido ser más pobre: entre 2009 y 2020 se han aprobado proyectos eólicos por un total de 667 megavatios de potencia: 1.600 megavatios menos que los que suprimió. Y ha colocado a Galicia algo por debajo de los 4.000 megavatios instalados que la propia Xunta se había marcado como objetivo para 2010: ¡diez años antes!

Cuando Endesa planteó -como plan alternativo al desmantelamiento de la térmica de As Pontes- realizar unas instalaciones eólicas de 1.500 megavatios, Feijóo se limitó a criticar al Gobierno de la Nación y a Endesa, sin ni siquiera recoger el guante y ponerse manos a la obra para plasmar la iniciativa, proponiendo a la vez alternativas industriales complementarias. Y eso que la decisión de la eléctrica afecta a toda una comarca y a varios centenares de trabajadores, entre empleos directos e indirectos.

Coyuntura estratégica

Estamos en una coyuntura estratégica. Nos toca reconstruirnos después de las consecuencias económicas y sociales de la pandemia, y toda Europa se quiere poner a ello. De ese afán europeo España ha sacado cierta posición ventajosa en relación con los fondos del “Next Generation”. Pero por encima de los fondos que nos correspondan está la actitud que adoptemos para afrontar nuestro futuro. Con planteamientos de fondo que garanticen si es preciso un cambio de modelo económico y social. Y Galicia no está exenta de esa obligación. Por eso resultó inquietante escuchar del presidente de la Xunta que teníamos ya 108 proyectos para ese cometido, sin que antes hubiéramos oido hablar jamás de tantas alternativas de carácter estratégico.

Es la ocasión de cumplir con la promesa de un Plan Eólico aplazado desde 2009. Forma parte de varios de los criterios marcados por Europa: la colaboración público-privada y la incentivación, por tanto, de la inversión privada; y la sostenibilidad, por tratarse de una energía renovable. Y la coyuntura contempla además dos importantes problemas que tienen precisamente que ver con le energía: el cierre de As Pontes, y el precio de la energía para una industria “electrointensiva” como Alcoa.

Energía eólica marina

Pero en estos momentos, hablar de un Plan Eólico conlleva mucho más que hablar de la instalación de aerogeneradores en los montes. Está maduro el planteamiento de la energía eólica marina. La Asociación de Industrias del Metal y Tecnologías Asociadas, Asime, constituyó el Galician Offshore Energy Group, en el que participan cuarenta empresas e instituciones gallegas (incluidos los puertos de El Ferrol y A Coruña). 

Estamos, por tanto, ante una posibilidad estratégica de más envergadura. En esa dirección Navantia está ya fabricando con éxito cimentaciones flotantes para aerogeneradores, y Gamesa-Siemens se encuentra en la tesitura de quizá trasladarse a Portugal, en busca de condiciones más favorables para su futuro… 

Un eje prioritario de desarrollo

Hablamos, pues, más que de un proyecto. Hablamos de un eje estratégico de desarrollo, capaz de poner en valor recursos propios de Galicia, tanto naturales (clima, orografía y 1.480 kilómetros de costas) como industriales. Un proyecto capaz de abrir un camino a planes de industrialización (con la normativa gallega en la mano todo plan eólico conlleva un plan industrial), que venga a suplir la catástrofe de las comarcas afectadas por el cierre de As Pontes, y que venga a dinamizar otras comarcas: ¿por qué no con proyectos en al ámbito agroalimentario, por ejemplo?

Además, con el canon eólico, establecido en la ley 8/2009, un plan de las características del que se debería poner ahora en marcha, tendría ingresos finalistas capaces de recuperar el territorio y de dar apoyo a otros proyectos industriales.

En lugar de un “reparto” en forma de lluvia fina de los fondos procedentes de la UE para “tapar agujeros”, o además de (o en su lugar) proyectos “estrella”, que no sabemos si tendrán futuro, el Plan Eólico ampliado que Feijóo le debe a Galicia tendría que ser uno de los ejes prioritarios a afrontar desde la coyuntura ante la que nos hallamos. @mundiario

Comentarios