Vigo: Feijoo y Corina Porro ponen en marcha la Operación Reconquista 

Como era de esperar, Abel Caballero no acudió a la toma de posesión de la nueva delegada de la Xunta en Vigo, su vieja pero cordial adversaria Corina Porro. Tampoco tiene intención de participar en la ronda de reuniones que el presidente está manteniendo con los alcaldes de las ciudades gallegas tras las elecciones de mayo. El regidor vigués no piensa hacerse una foto con Feijoo mientras siga incumpliendo los compromisos adquiridos con "su" ciudad. Cree que su última entrevista institucional, hace cuatro años, fue un inmenso engaño, porque no se cumplió ni uno solo de los acuerdos allí adoptados, y por eso no se presta a otro paripé: "que primero actúe y después nos vemos", dice Caballero. En todo caso son los gestos que de él espera su clientela electoral. Si actuará de otro modo, la habría defraudado.

No hay duda de que el alcalde de Vigo, en gran medida gracias a sus aliados mediáticos, ha logrado imponer un relato según el cual el gobierno Feijoo maltrata sistemáticamente a la urbe más poblada de Galicia. Un relato de lo más simplista, de buenos y malos, que le compran sectores cada vez más amplios del entramado social vigués, como se evidencia en sus apabullantes éxitos electorales y la creciente deserción del electorado del PP. Tan creíble ese relato para la gente del común, que el propio Don Alberto desveló en un acto con periodistas que en más de una ocasión su señora madre, que reside en Vigo, a la vista de lo que leía y oía, le preguntó por qué no trataba mejor a la ciudad. 

Hasta entre los dirigentes "populares" vigueses se reconoce privadamente que Caballero ha sabido vender la teoría de que la Xunta castiga a Vigo, entre otras razones, por votarle a él y no al PP, mientras la administración autonómica no es capaz de transmitir eficazmente –y menos aún rentabilizar en las urnas– el gran esfuerzo inversor que supuestamente realizó en Vigo en los últimos años. Al propósito de combatir en el día a día el relato caballerista y vender mejor la acción del gobierno gallego obedece precisamente el nombramiento de Corina Porro como delegada territorial. En San Caetano están convencidos de que las airadas reacciones de la oposición parlamentaria a esta designación demuestran que fue un acierto estratégico y de que no tardarán en verse los resultados. A Feijoo le urge que así sea porque de cómo evolucione el voto vigués en los próximos meses dependen en buena parte sus opciones de revalidar la presidencia.

Porro no estará sola en la que podría denominarse "Operación Reconquista", encaminada a desmontar el relato del viguismo victimista que Caballero lleva años construyendo. Feijoo piensa implicarse personalmente hasta donde haga falta en el planeamiento proactivo que está diseñando la "superdelegada" en Vigo. Dicho está: Corina será la voz de Vigo en la Xunta, casi como si fuera una conselleira más. Por si eso fuera poco, se seguirán viendo movimientos y gestos que evidenciarán la apuesta viguesa de Don Alberto. Esta vez la cosa va muy en serio. Los populares no pueden permitirse más fracasos, porque no hay margen. Y existe el grave riesgo de que a Caballero le salgan réplicas entre otros alcaldes urbanos. Al fin, él no ha inventado nada. El populismo localista suele dar buenos resultados a aquellos políticos capaces de crear y hacer creíble un personaje que lo encarne, sobre todo si está dispuesto a ridiculizar a su propia caricatura. Claro que eso no está al alcance de cualquiera. @mundiario