Los puertos de Ferrol y A Coruña caen más que otros de la fachada atlántica en esta crisis

Tráfico portuario en la fachada atlántica. / Mundiario
Tráfico portuario en la fachada atlántica. / Mundiario

Los cinco grandes puertos gallegos del eixo atlántico anotan reducciones de tráficos en el primer cuatrimestre del año. Sin embargo, el puerto de Leixoes registra un ligero aumento (+0,4%), hasta alcanzar el 23% del total de las mercancías movidas en el sistema portuario de Portugal.

Los puertos de Ferrol y A Coruña caen más que otros de la fachada atlántica en esta crisis

La Covid-19 ha tenido un impacto notable tanto en el comercio internacional como en el transporte marítimo. También en la actividad de los puertos y sus efectos sobre los entornos próximos a los mismos son muy amplios. Pasados tres meses desde la aplicación, en casi todo el planeta, de medidas para contener la expansión del coronavirus, y de las consecuencias derivadas del confinamiento de la mayoría de los hogares mundiales, procede analizar las repercusiones en el negocio marítimo y portuario.

Las primeras repercusiones están relacionadas con la cancelación de líneas marítimas. En segundo lugar, las navieras retiraron de la actividad hasta un 20% de su capacidad en las principales rutas, por ejemplo, Maersk y MSC, las dos primeras navieras mundiales disminuyeron su actividad en 854.000 Teus; Hyundai, en un 1/3; PIL, en un ¼; y Yang Ming, en un 15%. Y, en tercer lugar, se procedió al amarre de buques, por un montante del 11,6% de la flota mundial, equivalente aproximado a los 2,7 millones de contenedores (expresados en  Teus). 

Después de este primer efecto, es fácil predecir que habrá un desbloqueo de las medidas determinadas en marzo/abril. Esto es, la actividad marítima se retomará, aunque es posible que continúe con una menor intensidad en los próximos dos trimestres de este año, tal y como apunta BIMCO en su último informe; o como afirma la UNCTAD, suponiendo que la incertidumbre persista, se prevé un descenso del 20% para este año. Será ahora cuando se proceda a la nueva articulación de las líneas marítimas en los principales puertos y al reposicionamiento de buques y contenedores. Tales decisiones significarán un reajuste de los problemas derivados de un almacenamiento de contenedores inmovilizados en las terminales y por el propio bloqueo de los camiones en las fronteras, al estar activada una desmovilización de mercancías. Asimismo, tampoco se descarta una dinámica de quiebras, según se informa en el International Transport Forum, celebrados hace unos días en la sede de la OCDE, o de una nueva reducción de las alianzas marítimas (pasando de 3 a 2) lo que refuerza la concentración y, por tanto, el oligopolio de oferta.

Las dudas abiertas, hoy en día, se centran en conocer si la vuelta a la nueva normalidad es paralela a la conformación de un nuevo modelo de globalización marítima y a una reformulación de las cadenas logísticas a la luz de la nueva fragmentación y relocalización productiva. No hay duda que, en la actualidad, los CEO de las empresas de transporte naviero apuntan dos hipótesis: la primera, abordar la economía de proximidad e iniciativas de ayuda a las empresas más cercanas y, con ello, el potenciamiento del consumo local; y la segunda, un nuevo diseño de las cadenas de suministros, acorde a los nuevos tiempos y patrones de aprovisionamiento y consumo.

Las primeras consecuencias en Europa son las siguientes. Atendiendo a los datos proporcionados por la consultora Sea-Intelligence, los puertos del Mediterráneo han sufrido más que los de Europa del Norte, debido a las mayores cancelaciones de líneas marítimas. Asimismo, se produjo una modificación de la jerarquización portuaria, apuntando a un resultado de nuevos vencedores y nuevos vencidos. Por ejemplo, los puertos de La Spezia, Tánger o Damietta, pierden tráficos y posiciones en el ranking. Por el contrario, el puerto del Pireo aumenta su atractividad y escala puestos en el ranking, sobrepasando a Valencia. Y, finalmente, el puerto italiano de Gioia Tauro amenaza el liderazgo en el transhipment mediterráneo. En España, los puertos de Barcelona (-11,36%) y Valencia (-4,85%) sufren descensos en el primer cuatrimestre de este año en tanto que Algeciras sube levemente sus tráficos (+0,42%).

Situaciones diferentes en la fachada atlántica

Si nos referimos a la fachada atlántica peninsular los datos expresan consecuencias muy semejantes a las del mediterráneo. Tanto en España como en Portugal, los movimientos de los tráficos portuarios han registrado, en los primeros cuatro meses (de enero a abril) de este año, una disminución notable. Pero, si escudriñamos el balance atendiendo a los puertos gallegos de interés general y al portugués de Leixoes, veremos cómo se contabilizan situaciones diferentes.

Los cinco puertos gallegos anotan reducciones de tráficos en el primer cuatrimestre del año, presentando dicha disminución ratios mayores en unos más que en otros. Destaca por su intensidad negativa, tanto el puerto de Ferrol (-22,99%) como el de A Coruña (-9,43%); seguidos de Marín (-6,18%); Vigo (-5,52%) y Vilagarcía (-4,37%). Sin embargo, el puerto de Leixoes registra un ligero aumento (+0,4%), llegando a alcanzar el 23% del total de las mercancías movidas en el sistema portuario de Portugal.

Desagregando los tráficos por mercancías, sobresalen las pérdidas anotadas en los graneles sólidos en los puertos gallegos de Ferrol (-37,5%), Vilagarcia (-29,2%), y A Coruña (-25,35%). Por el contrario, se registran aumentos en graneles líquidos en Ferrol (+76%) y Vigo (+16%). El puerto portugués de Leixoes, por su parte, muestra un comportamiento divergente, al registrar un leve incremento en graneles sólidos (+0,2%) y una reducción en lo concerniente a los graneles líquidos (-4,6%).

Pero lo que más llama la atención son los resultados relativos a los movimientos de mercancía general y del tráfico de contenedores. Los puertos gallegos contabilizan notables y pronunciados descensos en Marín (-19,8%);  A Coruña (-7,3%); y Vigo (-3,8%); en tanto que Leixoes contabiliza un aumento del 4,7%. Y, en lo que concierne a los contenedores, también Leixoes presenta un espectacular aumento del 6,9%, logrando un total de 245.804 Teus (correspondiente al 27% del total de Portugal); en tanto que los puertos gallegos reflejan subidas para Ferrol (anota 2.804 Teus y un aumento del 15%), Vigo (registra 60.433 Teus y un incremento del 7,61%) y Vilagarcia (contabiliza 12.816 Teus y un alza del 3,84%). Pero, frente a estos aumentos hay que reseñar descensos muy espectaculares en Marín, que retrocede mucho (-41%, equivalentes a una pérdida de cerca de 10.000 Teus) y el puerto de A Coruña, muy peculiar, pues no logra mover ningún contenedor en los primeros cuatro meses del año en sus dos dársenas.

En suma, la fachada el Eixo Atlántico muestra dos caras. De una parte, los efectos del COVID han sido notables en lo que concierne a la demanda de transporte, afectados por la disminución de la actividad económica. Y, de otra parte, ante dicha falta de demanda, ciertas autoridades portuarias y las áreas territoriales más dinámicas han sabido captar y desviar los tráficos, así como mostrarse más atractivas de cara a consolidarse como sólidos hub atlántico. Es el caso de Leixoes, que revela mayores movimientos de buques e incrementos de los tráficos portuarios (+0,5% y +0,4%, respectivamente). Por contra, todos los puertos gallegos registran números negativos en los movimientos de buques en los primeros cuatro meses del año: A Coruña (-21%); Vilagarcia (-9%); Vigo (-8%); y Marín (-2%); a excepción de Ferrol (+0,5%) que anota una leve subida 

La apuesta marítima es, por lo tanto, dispar; registrando un saldo de ganadores y de perdedores. @mundiario

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