La primera expedición de ultramar, mencionada por Julio Verne, paró en Viveiro y A Coruña

Mapa de Leonardo Torrani s.XVI. _
Mapa de Leonardo Torrani s.XVI. _
En esta aventura, la costa gallega, puerto pesquero de tradición marina milenaria, jugará un papel de enlace, como lo hizo a lo largo de la historia en la singladura oceánica.
La primera expedición de ultramar, mencionada por Julio Verne, paró en Viveiro y A Coruña

Una de la primeras conquistas alén del “Finisterrae” es la de las Islas Canarias. Sumando a Azores, Madeira y Cabo Verde, forman parte de un conjunto conocido como Macaronesia, cuatro archipiélagos Atlánticos de origen volcánico. En esta aventura la costa gallega, puerto pesquero, de tradición marina milenaria jugará un papel de enlace, como lo hizo a lo largo de la historia en la singladura oceánica.

Según leyendas, Canarias se asociaba con la mítica Atlántida que mencionó Platón. Eran conocidas en Cádiz por los cartagineses, grandes navegantes. Sabemos a través de Plinio que los romanos las llamaban “Las islas Afortunadas”. Se establecerá un parón de siglos. La búsqueda de rutas alternativas a Oriente escapando del control otomano del Mediterráneo, las técnicas avanzadas de cartografía o tecnología naval hacen que vuelvan a interesar. El genovés Lancelotto Malocello las ve en 1312 y permanece allí 20 años. Los mallorquines Angelino Dulcert y Cresques Abraham las dibujaron en mapas en 1339 y 1373 respectivamente, nombradas “Lanzarote”.

No es hasta el comienzo del siglo XV, durante el reinado de Enrique III de Castilla, cuanto se realiza el primer viaje para llegar a ellas y asentarse. El encargo correrá a cargo de Jean de Bethencourt (1362-1425), quien recibió el título de “Rey de las Islas Canarias” cedido después al susodicho monarca. Bethencourt era barón de Saint-Martin-le-Gaillard, nacido en Normandía, Francia, hijo de Jean III Béthencourt y Marie de Bracquemont. Eran una familia noble desposeída de sus tierras en Grainville-la-Teinturière, y su torre derribada por las distintas traiciones a la corona en la Guerra de los 100 años. Jean IV en búsqueda de fortuna embarcó en 1390 con el Duque de Touraine en la Cruzada de Berbería, para luchar contra los piratas musulmanes del norte de África que acosaban a italianos y franceses, allí aprendería a navegar, se cree que fue donde escuchó hablar sobre estas tierras. Tiempo después él mismo posiblemente se dedicara a la piratería contra la propia Francia e Inglaterra, llegando a tener su propia flotilla.

El marino tuvo la suerte de que le encargan la hazaña a un pariente Robin de Bracquemont, diplomático en Castilla y jefe de la guardia de Benedicto XII, Papa Luna. No se lo piensan y los dos se involucran, Robin presta a Jean 7000 libras, con el aval de las rentas de los señoríos que poseía, a lo que suma otras propiedades vendidas. Se cree que iban con intenciones económicas pues allí había Roccella canariensis, un alga apreciada desde la antigüedad que tiñe de color púrpura, usada por Reyes, Papas y Nobles. Arranca el 1 de Mayo de 1402 de La Rochelle , con 280 hombres, gascones y normandos, además de dos franciscanos Pierre Bontier Jean Le Verrie, dos indígenas, asimismo se suma el senescal Gadifer de La Salle.

Mapa de Leonardo Torrani s.XVI. _
Mapa de Leonardo Torrani s.XVI. / Mundiario

Nos contarán la historia en Le Canrien, códice adquirido por el Museo Británico en 1888 y depositado en la Biblioteca Británica, su parte más antigua es el Egerton 2709. También nos descubrirá la misma el gran Julio Verne en sus Historia de los grandes viajes y los grandes viajeros (1878). Se iniciará un proceso que no va a ser fácil, pues hay varios altercados en el viaje. Ambas obras mencionan a Viveiro y Coruña como la primera parada desde la salida de Francia. La idea inicial no era recalar en puertos cantábricos, pero un vendaval los obliga a refugiarse en las costas gallegas. Por lo visto a este problema se une un motín a bordo, una disputa al inicio del viaje, que a punto estuvo de frustrar la misión, llegando a decir unos a otros “toma tu barco y ancla en el nombre de Dios y márchate", el enfrentamiento puede que fuera promovido por Bertyn de Berneval, aunque mencionan a un tal Rely y al Conde de Crauford. Este hecho hace que la expedición se quede congelada más de una semana, concretamente 8 días en la Ría de Viveiro. Se cree que aquí hubo contacto con la población del Landro, donde llamó la atención la parada, realizaron algún aprovisionamiento de víveres, incluso es probable que se sumara algún marino a la expedición, un método preventivo por la rebeldía de algunos normandos y gascones. Irán después a A Coruña donde se hacen con pertrechos de un desguace, y los persiguen inculpándolos de robo . Solo habrá otra parada en el camino, Cádiz, donde nuevamente tendrán problemas similares acusándolos de ladrones.

La relación gallega con las Isla se seguirá manteniendo hasta nuestros días a través de la navegación de ultramar o la pesca. Un gallego a finales del XV, Rodrigo de Prado y Vivero tendrá una hija con una indígena de la Gomera, llamada Teresa, que se casará con un Melián de Bethencourt. Hasta el azar ha traído en la actualidad un par de Bethencourt a Viveiro. Además curiosamente quien termina la conquista del archipiélago para los Reyes Católicos será Alonso Fernández de Lugo, a quien nombrarán adelantado mayor, haciéndose con La Palma y Tenerife.

Volviendo a la aventura de Jean y Gadiffer, los escritos nos afirman que toman Fuerteventura, el Hierro y Lanzarote. En la primera construirán el Castillo de Rubicón. Se iniciará así un asentamiento permanente en Canarias por parte de la península ibérica. Las islas quedarán como paso necesario para las rutas de mar, sobre todo para cruzar el Atlántico. San Cristóbal de La Laguna se convertirá en primer modelo de exportación cultural europeo, su arquitectura se extenderá por todos los confines de América, un estilo español, aun hoy latente en California, México.

Imagen Códice Le Canarien, Biblioteca Británica (1)
Imagen Códice Le Canarien. / Biblioteca Británica 

En cuanto a los Bethencourt, Maciot sobrino de Jean, se convirtió en el nuevo Señor de las Islas. El apellido navegará por el nuevo mundo, muchas veces adaptándose a la grafía española, formando parte de las jerarquías o aristocracias coloniales como en Venezuela o Colombia, países en donde habrá Capitanes Generales, Ministros y Presidentes descendientes de esta familia, encontramos hasta poblaciones con su huella. Hasta llegaron a la corte del Zar de Rusia, el ingeniero políglota Agustín de Bethencourt fue uno de los que proyectó San Petersburgo, o el fundador en España de la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos en 1802.

Curiosa crónica con sabor a agua salada, la puerta a la primera historia de la globalización y del conocimiento geográfico del planeta tierra. @mundiario

Comentarios