Memoria histórica: gallegos en campos de concentración

Denuncia por los 5 gallegos llevados a campos de concentración en el franquismo. / EuropaPress
Denuncia por los 5 gallegos llevados a campos de concentración en el franquismo. / EuropaPress
Se trata de una denuncia de cinco gallegos de los casi 200 documentados por la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica.
Memoria histórica: gallegos en campos de concentración

Familiares y representantes de la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) presentaron este martes, en el consulado de Argentina en Vigo, cinco denuncias sobre españoles que fueron deportados a campos de concentraciones nazis para poder unirlas a la querella que se tramita en ese país por crímenes vinculados tanto a la Guerra Civil como en el franquismo.

Según explicó la investigadora María Torres, se trata de cinco gallegos que, después de la Guerra Civil, acabaron en campos de confinamiento en Francia. Posteriormente, en el marco de la Segunda Guerra Mundial, cayeron prisioneros del régimen nazi que, “con la connivencia de la dictadura franquista”, los deportó a campos de concentración, violando la Convención de Ginebra.

Torres explicó que hay constancia documental de una reunión en 1940 entre Hitler, Himmler y el, por aquel entonces, ministro de Gobierno franquista, Serrano Suñer; en la que el régimen nazi comenzó a deportar a los prisioneros “rojos” españoles a campos de concentración. “Les dijeron que hiciesen con ellos lo que quisieran”, apuntó.

Esa fue el destino de, entre otros miles, el vigués Domingo Castro Molares, que acabó en Mauthausen; José Ferradás Pastoriza, de Bueu, que fue también deportado a Mauthausen; Ramón Garrido Vidal, de O Grove, que fue enviado a Dachau; Arturo González Bastos, de Vigo, que fue deportado a Neunengamme; y Francisco Pena Romero, de Boiro, que acabó en Mauthausen.

La ARMH documentó por lo menos 193 casos de deportados gallegos que acabaron en campos de exterminio nazis, de los cuales 41 eran de Pontevedra y 15 de Vigo. Entretanto, aclaró María Torres, la asociación seguirá presentando denuncias porque se sigue solicitando información sobre nuevos casos.

Según explicó, el objetivo de unir estas denuncias a la conocida como querella argentina, que instruye la jueza María Servini, no es otro que “obtener justicia”, poder “reconstruir la vida” de estos represaliados y “humanizarlos, ya que el régimen nazi los despojó de su humanidad y los redujo a números.

Esta investigadora subrayó que muchos de estos deportados combatieron antes en el ejército republicano y se vieron obligados a abandonar España para acabar  en campos de confinamiento franceses. Desde allí, una gran parte de ellos ingresó en las compañías de trabajadores extranjeros, construyendo fortificaciones como la línea Maginot, antes de caer prisioneros de los nazis en su invasión a Francia.

”No hay supervivientes, no se puede localizar en todos los casos a las familias, hay que rastrear muchos archivos, muchos están clasificados como secretos de Estado (...) y todo es lento”, resumió María Torres como las dificultades de sus tres años y medio de investigación.

Todo esto para “obtener justicia” y “un reconocimiento institucional”, porque estas personas “no eran unos apátridas, como sostenía el régimen franquista. Eran españoles que lucharon por su país, muchos estuvieron en la Resistencia y lucharon contra el fascismo, ... y acabaron en campos de concentración nazis”. @mundiario

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