La oposición no quiere una universidad privada en Galicia

Miguel Ángel Escotet, Juan Carlos Escotet y Francisco Botas. / Mundiario
Miguel Ángel Escotet, Juan Carlos Escotet y Francisco Botas. / Mundiario
La futura universidad de Abanca es una iniciativa alentada por el presidente de Afundación, Miguel Angel Escotet, que por algo es profesor universitario. No tiene ánimo de lucro. Al igual que las públicas, no se plantea como un negocio.
La oposición no quiere una universidad privada en Galicia

Si la propuesta de Abanca se ajusta a la ley, si cumple con los requisitos exigidos, Feijóo no puede impedir la creación de la Universidad Internacional de la Empresa (UIE), la primera universidad privada de Galicia. Él no ve razones para oponerse a que se puedan cursar estudios superiores en centros que no estén adscritos o vinculados a las instituciones universitarias públicas. Por el contrario, cree que eso mejorará la actual oferta educativa de esta comunidad. De ahí que no entiende que toda la oposición haya hecho un frente común para tratar de impedir que la iniciativa salga adelante. Mucho menos comprensible le parece al presidente de la Xunta que para justificarse se argumente que las universidades de A Coruña y Santiago, pero sobre todo la de Vigo, puedan verse seriamente perjudicadas y con ellas sus actuales y potenciales alumnos.

En muchas otras comunidades españolas existen hace años universidades cien por cien privadas. Algunas de ellas, de las más antiguas, nacieron vinculadas a la Iglesia católica, que fue quien abrió la brecha en este ámbito. No hay constancia de que eso haya perjudicado a los respectivos sistemas universitarios públicos, que en casi todos los casos, no solo no han perdido estructura, titulaciones o alumnado, sino que incluso han crecido, a pesar –o tal vez gracias– a la competencia. Probablemente tampoco sus respectivos promotores se hayan enfrentado a los recelos que han surgido en Galicia y que parecen responder en mayor medida a motivaciones políticas –o tal vez corporativas– que a una verdadera defensa de la calidad de la enseñanza y de la igualdad de oportunidades.

Para el grupo popular la actitud de PSOE, Benegá, En Marea y Galicia en Común es un simple "quedabien", que les sale gratis porque su oposición no tiene consecuencias prácticas. Como no gobiernan, ni son decisivos, los socialistas, los nacionalistas y los rupturistas pueden votar en contra del proyecto de Abanca a sabiendas de que saldrá adelante gracias a la amplia mayoría de los populares. Habría que ver si mantendrían la misma posición en caso de que, votando en contra alguno de esos grupos, se bloquease la puesta en marcha de la nueva universidad. De entrada tendrían que perfilar los argumentos genéricos que ahora esgrimen si Afundación –la verdadera promotora– consigue cubrir los requirimientos de todo tipo que el marco legal le exige y la administración autonómica emite los pertinentes informes favorables.

La futura universidad de Abanca es una iniciativa alentada por el presidente de Afundación, Miguel Angel Escotet, que por algo es profesor universitario. No tiene ánimo de lucro. Al igual que las públicas, no se plantea como un negocio. Empezará costándole mucho dinero al banco, pero aspiran a que con el tiempo logre autofinanciarse. Cabe suponer que no será barato estudiar en la nueva institución. Sin embargo, por aquello de que le interesa captar a los mejores estudiantes, contará con un sistema propio de becas y ayudas. Ahí, en formar a la futura élite empresarial y financiera gallega, y en tenerla de mano y establecer vínculos con ella, es donde radica la rentabilidad de la operación para Abanca. Ese es claramente el principal beneficio. Lo que no se ve tan claro es dónde está el perjuicio para Galicia. @mundiario

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