Operación retorno de los hijos pródigos

Alberto Núñez Feijóo y Diego Calvo. / Mundiario
Alberto Núñez Feijóo y Diego Calvo. / Mundiario

En el caso del PP, esta vez la estrategia para el reagrupamiento de afines ideológicos se tropieza con un serio obstáculo: la entrada en escena de Ciudadanos, que aspira a presentar listas propias en la mayoría de los concellos gallegos. 

Operación retorno de los hijos pródigos

Es un clásico. A estas alturas, cuando falta menos de un año para las elecciones municipales, el Pepedegá pone en marcha la "Operación Retorno", o más bien la "Operación Hijo Pródigo". Los presidentes provinciales llevan ya unos meses intentando que vueltan al redil los grupos de antiguos compañeros de partido que, por diferentes razones, abandonaron la casa común para crear agrupaciones independientes. Con su portazo en más de un caso propiciaron la pérdida de alcaldías importantes, que por la fragmentación del voto conservador cayeron en manos de los socialistas o de las mareas. Algún retorno ya hubo que posibilitó el triunfo de mociones de censura defendidas como mecanismos para garantizar la gobernabilidad de los ayuntamientos, respetando la voluntad mayoritaria de los vecinos.

La política local tiene un elevado componente personal. De siempre se dice que a nivel municipal, sobre todo en los pequeños y medianos concellos, donde todo el mundo se conoce, en las municipales los ciudadanos votan fundamentalmente a la persona, no a la ideología ni a unas siglas. Lo mucho que pesa el perfil del candidato lo demuestran casos de alcaldes que fueron reelegidos varias veces a pesar de cambiarse de partido, incluso habiendo pasado de una acera ideológica a la otra con la mayor naturalidad. El votante de a pie atribuye la buena o mala gestión a quien ostenta la alcaldía, ni siquiera a su equipo de concejales.

Ese fuerte personalismo que caracteriza la política municipal explica también los desencuentros que originan a su vez las rupturas o escisiones, casi siempre en el centro derecha, que es el que, con diferencia, más poder local acumula en Galicia. Suele haber choque de egos o simple falta de química entre compañeros de grupo a los que no cohesionan las ideas o los principios, sino los intereses a veces incompatibles que defienden unos y otros. Quienes abandonaron la casa del padre sólo acostumbran a retornar si se ha ido o han sacado de la circulación a la persona con la que se enfrentaron. O sea, que alguien tiene que sacrificarse (sacrificio relativo, porque en ocasiones se trata de patadas para arriba, incentivos, que no castigos).

En el caso del PP, esta vez la estrategia para el reagrupamiento de afines ideológicos se tropieza con un serio obstáculo: la entrada en escena de Ciudadanos, que aspira a presentar listas propias en la mayoría de los concellos gallegos. Los dirigentes nacionales del partido naranja han pedido a su estructuras territoriales que sean especialmente ciudadosas en la selección de candidatos. Que no abran las puertas a todo el mundo. Se trata de evitar que se cuelen masivamente en las papeletas de Cs gentes deshauciadas o descartadas por los populares, los resentidos y siniestro total. Esos que están de vuelta de todo, no creen en el proyecto de Rivera y solo quieren dañar electoralmente a sus antiguos compañeros, con los que, en fondo, desearían reconciliarse. También para eso a Ciudadanos le viene bien el retorno de los hijos pródigos al redil de Casado y Feijóo. Que el panorama se clarifique. @mundiario

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