Las instituciones menosprecian a los coruñeses mientras juegan con el futuro del puerto

Puerto de A Coruña / Mundiario
Puerto de A Coruña / Mundiario

El alcalde Negreira, popular,  durante cuatro años y el alcalde Ferreiro, de la Marea, durante tres años, han competido en inacción. Gracias a ellos la ciudad está hoy tan paralizada como lo estuvo durante la primera corporación democrática.

Las instituciones menosprecian a los coruñeses mientras juegan con el futuro del puerto

Poco han tardado el Alcalde coruñés y el Presidente de la Diputación  en contestar al Presidente de la Xunta tras la maniobra de éste con el Ministerio de Fomento para asumir la mayoría en la titularidad de los terrenos. Un sonoro portazo ha sido el común denominador. Para el Alcalde a través de una confusa argumentación donde solo queda claro que ni le interesa el Puerto ni tiene propuestas que defender sobre el futuro de la ciudad. Para el Presidente de la Diputación el pretexto ha sido la falta de competencias específicas, olvidando interesadamente el extenso catálogo de las que presta sin otro título que el especificado en el artículo 36 d) de la Ley de Bases de Régimen Local: “La cooperación en el fomento del desarrollo económico y social y en la planificación en el territorio provincial, de acuerdo con las competencias de las demás Administraciones Públicas en este ámbito.”

En términos más coloquiales, si la iniciativa es del PP, la Marea se opone y el PSOE se pone de perfil. Los coruñeses no están invitados a opinar, salvo en el trámite electoral. Y así van muchos años. Recordemos que en 2004, el Gobierno Aznar asume la construcción del puerto exterior coruñés, necesidad inaplazable para retirar de la dársena interior el tráfico petrolero y de graneles, en un entorno totalmente urbanizado. Se acuerda que el coste de la operación será sufragado en parte con la venta de los terrenos portuarios desafectados. El puerto exterior está prácticamente finalizado, el traslado de empresas y servicios tiene ya fecha prevista pero la ciudad no ha dado paso alguno ni ha elaborado ninguna propuesta distinta de las que los  Ayuntamientos socialistas de Francisco Vázquez y Javier Losada dejaron aprobada e incorporada al Plan de Urbanismo, siguiendo las directrices del urbanista Joan Busquets.

Hoy el PSOE titubea cuando habla del futuro, incapaz de asumir con orgullo y con argumentos su propia gestión. Y esa actitud se la traslada a la Diputación

El alcalde Negreira, popular,  durante cuatro años y el alcalde Ferreiro, de la Marea, durante tres años, han competido en inacción. Gracias a ellos la ciudad está hoy tan paralizada como lo estuvo durante la primera Corporación democrática. Los 28 años altamente productivos para la ciudad, que se corresponden con las Corporaciones socialistas, son hoy un recuerdo para los historiadores y un motivo de nostalgia para muchos ciudadanos. Hoy el PSOE titubea cuando habla del futuro, incapaz de asumir con orgullo y con argumentos su propia gestión. Y esa actitud se la traslada a la Diputación. El único interés parece ser determinar cuál de las facciones internas coloca a su candidato en las elecciones, asumiendo que la Alcaldía es un objetivo imposible.

Hacer ciudad es armonizar usos residenciales, usos comerciales y productivos, con equipamientos e infraestructuras. Hay muchos ejemplos de referencia en la transformación de espacios portuarios abandonados, por todo el mundo, también en España. Desde luego hay que hablar de recursos importantes que no pueden proceder exclusivamente de impuestos o contribuciones. Principalmente se debe de tener ambición, pues es un proyecto cuyo desarrollo durará muchos años, de forma que quienes lo inicien no seguirán en sus puestos cuando haya finalizado. Por ello no caben planteamientos cortoplacistas, ni sectarios. Sólo el diálogo entre las cuatro instituciones señaladas, Ayuntamiento, Xunta, Fomento y Diputación, puede proporcionar la estabilidad necesaria para llevar a puerto actuaciones muy complejas. Sería tan erróneo acelerar la obtención de plusvalías como ignorarlas. 

No es de recibo que durante los últimos siete años los sucesivos gobiernos locales, populares y de la Marea, hayan estado ausentes ni que a un año de elecciones decidan entregarse a la política de acusaciones mutuas. La ciudad merece mucho más compromiso. Se trata de recuperar el tiempo perdido y abordar una política proactiva ante los problemas y los desafíos. No se necesita un parlamento metropolitano, ni estructuras novedosas, sólo voluntad de diálogo y capacidad. Si el diálogo es rechazado habrá que comenzar a dudar de la capacidad. @mundiario

Comentarios