Sin inmigración no se corrige el problema demográfico y sin población no hay futuro

Industria 4.0. / Mundiario
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Además de estimular a los inversores y empresarios gallegos para que incrementen sus inversiones en Galicia, esta comunidad precisa captar, con mucha más intensidad, inversión productiva de empresarios del exterior. Es indispensable la mejora de la posición competitiva.

Sin inmigración no se corrige el problema demográfico y sin población no hay futuro

En la sociedad actual, la clave está en el desarrollo del capital humano con especial atención a la demografía y a la innovación, modernización y diversificación del sistema productivo y la  internacionalización de las empresas. Sin desarrollo completo de las cadenas de actividades empresariales más vinculadas con nuestro potencial endógeno no es posible crear empleo. El incremento del VAB es la única posibilidad de atraer inversiones y, consecuentemente, de crear empleo y atraer personas. Sin inmigración no se corrige el problema demográfico, (muy baja natalidad y elevado envejecimiento de la población), y sin población no hay futuro.

Aunque disminuyamos el déficit y elevemos el ritmo de crecimiento económico, no es suficiente para que nuestra posición en PIB per cápita respecto a la media de la UE se mantenga o mejore, y eso que el denominador,  población, continúa decreciendo por esa  pirámide demográfica muy envejecida. Para cambiar la tendencia de divergencia a convergencia con la media de la UE, es indispensable la mejora de nuestra posición competitiva.

Desempleo y temporalidad

Persisten los problemas del nivel de desempleo y bajas condiciones de temporalidad y salarios (a pesar de haber subido la productividad). Es necesario crear más empleo de calidad, de forma que persista el crecimiento económico y éste repercuta en el desarrollo social para una demanda sostenida.

No cabe duda que en momentos de persistente desaceleración del comercio mundial, crecer en nuestras exportaciones es importante, pero no podemos olvidar la coyuntura positiva en que se ha producido ese crecimiento, (apreciación del dólar respecto al euro;  una parte de incremento de la competitividad derivada de unos salarios lamentablemente más bajos por la crisis; la reducción relativa de la demanda interna que potenció la  búsqueda de nuevos mercados….). Esas circunstancias ya se están modificando y no van a continuar mucho tiempo, por lo que debemos aprovechar esta situación favorable para introducir con celeridad los cambios estructurales que mejoren los condiciones para que un mayor número de nuestras empresas adquieran tamaños más competitivos e incrementen las estrategias de internacionalización en su sentido más amplio. Tanto en cuanto a una mayor diversidad de mercancías y servicios (nuestros recursos endógenos son muy importantes, pero necesitamos incrementar el proceso de añadirles valor), como en una mayor diversificación de los destinos. Además de mantener nuestros mercados en la UE, tenemos que orientar más nuestros esfuerzos a países cuya demanda interna crece con más intensidad que la media del mercado global. 

Creatividad

Un objetivo clave que requiere estrategias llenas de creatividad, con gestiones y acciones constantes por parte de las empresas  y  las Administraciones públicas, es en la captación de inversiones productivas procedentes del exterior, verdadero punto débil de nuestra internacionalización. Además de estimular a los inversores y empresarios gallegos para que incrementen sus inversiones en nuestra tierra, tenemos que poner Galicia en condiciones para captar, con mucha más intensidad, inversión productiva de empresarios del exterior. Solo incrementando la localización empresarial en Galicia, con el consecuente crecimiento más acelerado de nuestro valor añadido global, es posible crear más empleo para nuestra gente y para una inmigración adecuada en cantidad, calidad e integración, que nos ayude a corregir nuestro mayor problema, la situación desequilibrada de nuestra demografía a que antes nos referimos.

También es primordial la capacitación de las personas, adaptando las titulaciones de formación profesional (mejor dual)  y universitarias, así como los posgrados, a las necesidades del sistema empresarial,  con especial atención al desarrollo de competencias relacionadas con la innovación (creatividad, organización, estrategia, trabajo en equipo, pragmatismo….), la aplicabilidad de las tecnologías de información y comunicación, y la internacionalización (idiomas, inversión y financiación internacional, estudios de mercado, formación de los precios……). Al mismo tiempo, tienen que lograrse las condiciones para retener a las personas de alta formación y para  lograr el retorno de algunos de los gallegos muy cualificados y emprendedores que han tenido que buscar su empleo en el exterior.

Innovación

Resulta indispensable un impulso  generalizado de la innovación como estrategia competitiva, la innovación como cultura a todos los niveles de la sociedad. La innovación como actitud permanente en todas las actividades empresariales. La innovación en sentido amplio, no solamente innovación tecnológica, potenciando los acuerdos de cooperación para el desarrollo de proyectos conjuntos entre empresas, centros tecnológicos y universidades, de forma que se acelere la apertura real de todo el sistema empresarial a los mercados exteriores y se promocione la imagen de Galicia para la captación de inversiones productivas. Para ello, se tiene que incrementar sensiblemente la inversión privada en I+D+i y proporcionar mayor apoyo de las administraciones y entidades financieras a los proyectos de innovación.

Es preciso diseñar  un plan ilusionante que implique a toda la sociedad gallega y se enmarque en el entorno español, europeo y global, atendiendo, entre otros, a la necesidad de un posicionamiento transparente de las instituciones, las oportunidades y riesgos que supone la globalización y  la revolución tecnológica, el tratamiento serio, riguroso y constante de la formación y la innovación como aspecto fundamental para combatir la desigualdad e impulsar una transformación positiva de la sociedad, la posible revisión del estado de bienestar, la problemática de la inmigración, ….. No se puede continuar con una visión cortoplacista por parte de las administraciones públicas.

 A nivel general, es preciso insistir en proposiciones innovadoras respecto al necesario replanteamiento de la política fiscal europea pensando en sus ciudadanos y  que, sin duda, requerirá una correcta organización de la pirámide de administraciones  superpuestas que condicionan la vida de las empresas y de las economías domésticas. A nivel de España y Galicia resulta urgente planteamientos actualizados del sistema de financiación de las Comunidades Autónomas y, en concreto, de la  repercusión del mismo en el desarrollo económico y social de Galicia. 

Coordinación

Los planes deben ser deslizantes en constante actualización a través de la coordinación de los sucesivos presupuestos anuales del Estado, de las Comunidades Autónomas y de las Corporaciones Locales. Pero, tal como se vienen planteando los presupuestos, su importancia es solo relativa. Lo verdaderamente importante es su papel real como plan operativo anual de política económica que incida en la mejora de las condiciones para producir y vivir. 

Los presupuestos anuales deberían sintonizar plenamente con una planificación a medio plazo, proactiva y constantemente actualizada en función de los nuevos condicionantes y expectativas del entorno. Eso requeriría manejar de verdad el presupuesto por programas, de tal forma que engarcen adecuadamente con la programación establecida en un plan estratégico que coordine los niveles de  administraciones públicas. 

En fin, más visión anticipativa y proactiva, más visión estratégica de conjunto y menos planteamiento de corto plazo que, en muchas ocasiones, suele estar más próximo al oportunismo, la demagogia o las conveniencias para conseguir apoyos, que a planteamientos serios, rigurosos y no contradictorios. Unos presupuestos planteados en un contexto que sea verdaderamente constructivo, eficiente, cooperativo y redistributivo. Una política económica plurianual que redunde en el desarrollo de las empresas y el bienestar equitativo de las familias. @mundiario

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