Fachada Atlántica

Mar pixabay
Olas del mar.

Más del 80% de los terrenos liberados de utilidad portuaria pertenecen a los muelles de San Diego. Son más de 377.000 metros cuadrados y es ahí donde se  quiere permitir, en el planeamiento urbanístico promovido por la Xunta, la construcción masiva de bloques de viviendas de lujo.

Y parecerá una broma del destino, pero al fin en eso se va a quedar: un desfile triunfal de los fachas por los muelles herculinos. Cuando un ciudadano del montón, como servidor, se entera de que una buena parte de los muelles de A Coruña pierden su utilidad por la construcción del Puerto Exterior de Langosteira, uno piensa enseguida en el partido que le podría sacar la ciudad a unos espacios tan extensos, bien situados y mejor comunicados. Pero donde el vulgo ve una oportunidad de mejorar, Alberto Núñez Feijóo, Conde-Duque de Xaveremos, ve una oportunidad de negocio: no hagamos nada, solo vendamos los terrenos. Gobernar así debe ser una bicoca. Y es que para gobernar para el pueblo exige una predisposición y unos valores civiles que, parece, algunos olvidan tras las elecciones. Esos valores no son nada cómodos al la hora de enfrentarlos al gran capital que, fiero bandullo sin fondo, quiere canibalizar todas las posesiones de los ciudadanos.

Crear nación es la más alta tarea a la que están llamados los gobernantes. Pues mi señor Conde-Duque, también se crea nación siendo justos con los ciudadanos de A Coruña, que no tienen que soportar que lo suyo sea administrado como un cortijo por tan nobles príncipes.

Llorca y la filosofía peperiana

La filosofía peperiana la resumió prístinamente el entrañable don José Llorca, presidente de Puertos del Estado: “Los puertos no tenemos ninguna vocación de hacer ciudad”. Bueno, pues parece mentira, porque todo su interés es privatizar cuanto antes el suelo propiedad de los coruñeses y venga ladrillos y cemento y pisos y venga negocio para cuatro. Aunque no estoy seguro si eso es hacer ciudad o cargarse la ciudad.

Dirán que el espacio de los muelles no es legalmente propiedad de los coruñeses y que, por tanto, la Autoridad competente hará con ellos lo que se le plante en los reales. Legalmente no son de los ciudadanos coruñeses sino intermediados por el bueno de Llorca, cierto, pero cívicamente sí. Quiero decir de acuerdo a la moral civil que nos damos en las democracias.

Son los terrenos que la ciudad vio invertidos en las funciones portuarias a través de los avatares de la propia historia coruñesa. Dejando de ser necesarios para tal función deben ser devueltos a sus únicos dueños legítimos: todos los coruñeses, los de ahora y los del futuro, nuestros hijos. Y por eso debemos luchar la ciudadanía sin descanso, porque tenemos la desgracia de ser gobernados en estos días por personas que no quieren recordar estos valores civiles y mecánicas históricas, que son la verdadera esencia de la democracia ilustrada. Pero es lo que hay, la única forma de recordarles a los elegidos por la urnas sus obligaciones es diciéndolo claro y alto: señores, no nos quiten lo nuestro. Queremos disfrutarlo en paz y libertad. No tenemos ganas de salir a la calle y verles el culo tras sus grandes ventanales a los privilegiados de turno en vez del azul del mar.

El papel de Beatriz Mato

Y no quiero imaginar otros escenarios en el futuro próximo. ¿Qué pasará con los muelles si en las próximas elecciones municipales ganara el PP o su franquicia naranja? Solo hay que tirar de hemeroteca y recordar aquellas declaraciones a Radio Coruña de Beatriz Mato, expresando sus prioridades desde su puesto al lado de Feijóo: “Debe ser el Ayuntamiento quien llame a la puerta y se sume a la propuesta de la Xunta”.

Si al fin la obliga el Conde-Duque a presentarse a las elecciones a la Alcaldía de A Coruña, me pregunto si será capaz de contarle en un mitin esa misma milonga a los coruñeses. ¿Y si ganara? ¿Alguien cree que esta posible candidata o cualquier otra que lancen en paracaídas será de fiar? Si cumple lo dicho correrá a las faldas del Feijóo para recibir la bendición y  ya está, habemus bloques. Ya lo dice el refrán, victoria del PP ganancia de cementeras.

¿Encerrarán la ciudad?

No dudemos de que eso es lo que quieren hacer: levantar enormes bloques de edificios de viviendas para que disfruten las inigualables vistas los privilegiados que puedan pagar el dineral que cobrarán por cada apartamento. Mientras, encierran la ciudad tras esos muros de diez o doce pisos que conformarían para el resto de coruñeses las murallas de una nueva cárcel colectiva.

Arrancarán el mar de nuestra vista y de nuestra alma si eso les deja una pasta gansa. Tengamos en cuenta que más del 80% de los terrenos liberados de utilidad portuaria pertenecen a los muelles de San Diego. Son más de 377.000 metros cuadrados y es ahí donde se  quiere permitir, en el planeamiento urbanístico promovido por la Xunta, la construcción masiva de bloques de viviendas de lujo. Imaginemos la visión desde detrás de esos monstruos de cemento y cristal. Es angustioso. Y no solo es angustioso, es enervante, indignante, y todo a espaldas de la ciudadanía coruñesa, como si los coruñeses fuéramos chusma a la que se le da todo mascado y decidido. Pues están equivocados quienes piensen así. Y semejante afrenta a la Ciudad Herculina será recordada. El puerto, el mar y la Fachada Atlántica abierta a las olas y al viento es de natural lo nuestro. Por favor, no lo denigren en mera “fachada” por más que a ustedes les vaya ese rollo. A Coruña es de los coruñeses. Devuélvannos lo que es nuestro. @mundiario

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