La Eurorregión Galicia-Norte de Portugal no tiene teléfono

Desembocadura del río Miño, en la frontera natural Galicia con Portugal. / RR SS
Desembocadura del río Miño, en la frontera natural de Galicia con Portugal. / RR SS
La Eurorregión que abarca las regiones divididas por el río Miño, suma seis millones de habitantes, más que doce de los países comunitarios. Pero la Eurorregión no tiene un relato que la identifique ni una estrategia de posicionamiento. Los ciudadanos la desconocen.
La Eurorregión Galicia-Norte de Portugal no tiene teléfono

Se atribuye a Kissinger la pregunta, mordaz, sobre el número de teléfono de Europa. Era una forma de poner de manifiesto la falta de interlocutor al otro lado del hilo telefónico. Varias décadas más tarde tanto la Comisión como el Consejo de la Unión tienen Presidente y, al menos teóricamente, una voz para contestar. En la práctica sigue habiendo cacofonía pero ese es otro problema.

(Dinamarca, Finlandia, Eslovaquia, Irlanda, Croacia, Lituania, Eslovenia, Letonia, Estonia, Chipre, Luxemburgo, Malta). Pero no tiene a nadie para contestar la posible llamada telefónica de un mandatario. Está descabezada o si se quiere, con varias cabezas, que es una forma de no tener ninguna que sea ejecutiva.

Tras casi tres décadas de funcionamiento de la Comisión de Trabajo entre la Xunta de Galicia y la Comisión de Coordinación Regional del Norte de Portugal y una década después de constituirse la Agrupación Europea de Coordinación Territorial (AECT) entre ambos organismos, el balance es muy insatisfactorio.

En el plano político no se ha institucionalizado una estructura con órganos ejecutivos y órganos participativos que pueda asumir el liderazgo de una agenda de objetivos ante las instituciones comunitarias. No se han dado pasos para la creación de un lobby territorial con otras instituciones económicas, sociales, académicas o culturales. No se ha implicado a los líderes locales, como Alcaldes, empresarios, creadores o líderes de opinión. No se ha actuado para ganar visibilidad e influencia en las redes internacionales sectoriales. Ni se han utilizado las estructuras estatales en el exterior para multiplicar la visibilidad.

Por el contrario se han diluido los objetivos en declaraciones solemnes y recientemente en el intento de articular una Macrorregión del cuadrante occidental de la Península Ibérica que en diez años sólo ha producido un documento burocrático y poco difundido.

La Eurorregión no tiene un relato que la identifique ni una estrategia de posicionamiento. Se ha limitado a la gestión de programas europeos, lo mismo que hacen otras unidades de la Administración. Su visión territorio, de la competitividad o de la economía, no se conocen.

Todo ello es consecuencia del escaso compromiso de los citados Gobiernos. Si la Eurorregión está en la periferia de Europa, también lo está en la periferia de España y Portugal, lo que debería de obligar a un esfuerzo más intenso. Los ciudadanos la desconocen.

Cualquier planteamiento de futuro pasa por lograr un mayor respaldo político, definir una misión u objetivo general más ambicioso, como la influencia en las estructuras comunitarias, disponer de un liderazgo fuerte y de un catálogo de objetivos definidos y  consensuados. Y  difundirlos mediante  un discurso potente y creíble y una imagen adecuada que coadyuven a su proyección. Y desde luego dotándose de la organización adecuada. Es decir, los pasos de cualquier proyecto riguroso. Mientras, no habrá nadie al otro lado del hilo telefónico. @mundiario

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