España y Portugal firman un acuerdo que da estabilidad a las flotas pesqueras

Aunque la gestión haya sido del anterior Gobierno, al que ahora preside Pedro Sánchez hay que adjudicarle en puridad la firma de un acuerdo entre España y Portugal por el que se da estabilidad a las flotas pesqueras de ambos países. Dicho acuerdo tendrá una vigencia de cinco años, prorrogable a dos años más; regula la actividad pesquera en la desembocadura de los ríos Miño y Guadiana y en las aguas del Océano Atlántico que bañan la península Ibérica, y establece la prohibición de desembarcar las capturas de la flota de arrastre en los puertos del otro país durante los fines de semana y hasta las cero horas del martes.

La firma del acuerdo se ha producido en Luxemburgo, aprovechando la reunión del Consejo de Ministros de Agricultura y Pesca de la Unión Europea.

Esta entente da respuesta a la demanda del propio sector pesquero, especialmente el gallego, puesta de manifiesto de modo muy especial durante la celebración del último Comité Luso-Español. El acuerdo, que será controlado por una Comisión Mixta que se reunirá anualmente, delimita la zona de actividad para cada flota o pesquería, así como el número máximo de barcos. Este será de 15 cerqueros y 30 arrastreros en aguas continentales de la franja costera situada entre las 12 y las 200 millas de ambos países. En las aguas fronterizas del río Miño, el acuerdo se aplica dentro de las 12 millas y comprende hasta las 6 millas al norte y sur de la frontera del río, salvo para los cerqueros (para estos se mantiene la zona de pesca de las 10 millas al norte y sur de la frontera). Fija también el mencionado acuerdo posibilidades de pesca para 26 embarcaciones artesanales y 18 cerqueros de cada país, sin límites para gamelas.

En el acuerdo se incluye la regulación del horario de desembarque de la flota de arrastre. Esta no podrá descargar sus capturas en puertos del otro país durante el fin de semana, y hasta el martes a las 00,00 horas, medida esta que favorece a la flota del caladero nacional Cantábrico Noroeste, obligada a parar durante el fin de semana (cuando la flota portuguesa sí puede faenar).

Por acuerdos bilaterales suscritos por los gobiernos de España y Portugal, la actividad de las flotas pesqueras de ambos países está regulada desde hace 32 años. Si bien esa actividad se ha desarrollado en todo este período de tiempo de modo satisfactorio, desde 1986 hasta ahora han surgido algunos desencuentros emanados de la permisividad de Portugal ante el uso por sus arrastreros y en aguas del caladero español,  del denostado tren de bolos (un sistema de arrastre de fondo sumamente depredador) denunciado en algunas ocasiones por los pescadores de Asturias, o la pesca en fin de semana y venta de sus capturas en las lonjas gallegas cuando las flotas de esta Comunidad Autónoma mantienen un descanso en su actividad que pretende la regeneración de las pesquerías.

Con el acuerdo alcanzado hoy en Luxemburgo se da un paso de gran importancia porque, si bien los barcos lusos no se ven en la obligación de respetar el descanso de la flota gallega y del Cantábrico en el fin de semana, sí se verá obligada a conservar a bordo las especies que pudieran haber pescado hasta las cero horas del martes, lo que no generará la competencia desleal tantas veces denunciada por las distintas flotas gallegas obligadas  a vender sus capturas cuando los mercados ya han recibido el producto de las capturas de los barcos portugueses que utilizan las rulas gallegas para sus desembarques. @mundiario