Hay dudas en Galicia sobre la reedición del triunfo socialista de primavera el 10-N

Gonzalo Caballero y Pedro Sánchez. / Mundiario
Gonzalo Caballero y Pedro Sánchez. / Mundiario
Del mismo modo que Gonzalo Caballero no debía atribuirse para sí y para el PSdeG el histórico triunfo socialista de la pasada primavera en Galicia, no sería justo responsabilizarle del retroceso que se augura para las urnas de otoño. Será un pinchazo de Pedro Sánchez.
Hay dudas en Galicia sobre la reedición del triunfo socialista de primavera el 10-N

En la sala de máquinas del PSdeG - PSOE ya saben que en las urnas de noviembre no les va a ir tan bien como en las de abril. Las encuestas más serias apuntan todas en esa dirección, al igual que los datos internos que maneja la dirección del partido. Está casi descartado que vuelvan a ser la fuerza más votada en Galicia y que logren superar al PP en número de diputados. El equipo de dirección de los socialistas gallegos asume que no podrá presentar los resultados del 10-N como el inicio de la cuenta atrás para el inminente desembarco de los progresistas en San Caetano al mando de Gonzalo Caballero. Y para ello han de preparar un relato menos triunfalista que sin embargo reafirme la esperanza en la posibilidad de un cambio de signo político en la Xunta el año que viene.

Del mismo modo que Caballero no debía atribuirse para sí y para el PSOE gallego el histórico triunfo socialista de la pasada primavera, no sería justo responsabilizarle del retroceso que se augura para las urnas de otoño. Será un pinchazo de Pedro Sánchez. Y es en unas elecciones generales, lo que suele determinar el mejor o peor resultado, en Galicia como en otras comunidades, es el tirón del candidato a La Moncloa y la existencia o no de un viento de cola soplando a favor del partido. El liderazgo regional es casi lo de menos y el perfil de los candidatos a Congreso y Senado tiene una escasa relevancia. La gran mayoría de los votantes gallego del PSOE, como del PP, ignora quiénes encabezan las listas provinciales a las que va a dar su apoyo dentro de unos días. En realidad creen estar votando a Sánchez o a Casado.

Ahora bien, es probable que, sin serle directamente atribuible a Gonzalo Caballero, la previsible "derrota" de los socialistas en Galicia el 10-N le pase factura al joven líder autonómico, tanto en clave interna como en sus aspiraciones a la presidencia de la Xunta. Es el precio que ha de pagar por ser "sanchista" incondicional y por haber unido su suerte, para lo bueno y para lo malo, a la del actual presidente del Gobierno y secretario general del PSOE. Hay unos cuantos notables en el Pesedegá que en su día renunciaron a ejercer la oposición orgánica a Caballero, pero que no dudarán en intentar moverle la silla si no logra desahuciar  a Feijóo dentro de un año o por lo menos consolidar al Pesedegá como primer partido de la oposición.

Si le hiciese caso al consejo de algunos de sus mayores, a los que tanto parece respetar, Gonzalo Caballero habría puesto a un equipo de personas de su confianza e intelectuales afines a trabajar en la elaboración de un discurso político que permita a los socialistas gallegos presentar una oferta programática propia y diferenciada, de modo que el PSOE de Galicia no sea -no siga siendo- una mera franquicia de Ferraz. Que le pregunte a Touriño, que llegó a presidir la Xunta en parte por haber sabido dotar al partido que lideraba de una estrategia autónoma y de un claro perfil galleguista. En esa etapa, en la que alcanzó un amplio poder institucional, el Partido Socialista ponía mucho enfasis en el "ga" para presentarse como una fuerza tan gallega como socialdemócrata. Y le funcionó. @mundiario

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