La compra de unos pisos sigue empañando la gestión del alcalde de A Coruña

Xulio Ferreiro. / OSG
Xulio Ferreiro. / OSG

El Consello Consultivo anuló la compra de dos pisos a un afín de la Marea por parte del Ayuntamiento de A Coruña y toda la Oposición está de acuerdo en cuestionar al gobierno municipal.

La compra de unos pisos sigue empañando la gestión del alcalde de A Coruña

La tensión política se ha instalado en María Pita, donde la compra de unos pisos sigue empañando la gestión del alcalde de A Coruña, Xulio Ferreiro, de la Marea Atlántica. El Consello Consultivo ya anuló la compra de dos pisos a un afín de la Marea por parte del Ayuntamiento y toda la Oposición está de acuerdo en cuestionar al gobierno municipal. ¿Pero hay tibieza con el equipo de la Marea? Tras escuchar, días atrás, un programa de El Coruñés Opina de Radio Coruña, en la cadena Ser, uno no puede más que asombrarse de la batería de loas y quejas tibias a la labor del gobierno municipal de A Coruña por parte de los oyentes. Si la gestión de la Marea Atlántica en el Concello de A Coruña fuera ejemplar no habría motivo de asombro pero, después del pleno extraordinario del pasado día 19 de septiembre, en el cual toda la oposición –izquierda y derecha– pidió la dimisión o cese de dos concejales, resulta chocante esa tibieza hacia el gobierno municipal.

Si bien el Consello Consultivo anuló la compra de dos pisos a un afín de la Marea, el alcalde Xulio Ferreiro rechazó la dimisión del concejal Xiao Varela, si bien admitió la de la jefa del servicio de Vivenda, Natalia Codesal. Pues bien, en dicho programa el alcalde dio justificación, así como de pasada, al problema de los pisos, como si fuera un simple error administrativo y, según el Consello Consultivo, de error nada, señor alcalde. El otro día en el pleno municipal, en el que el alcalde no tuvo templanza alguna al negar el saludo al portavoz del PSdeG - PSOE de malas maneras –momento recogido por la prensa gráfica–, uno de los señores concejales de los cuales el pleno solicitó su cese, expuso que tiene tantos expedientes encima de la mesa que se le pasó por alto revisar lo de la compra de los pisos en profundidad.

Un error es que se te pase por alto comprar yogures en el supermercado por no llevar lista de la compra. Pero si llevas una lista de la compra en donde pone “yogur desnatado bio con mango” y compras “natillas de chocolate con galletas” no es un error ni un despiste, es que no puedes hacer peor la compra, aunque bueno, poder se puede, si compras yogures hechos con leche de Francia en pleno problema con el precio de la leche de nuestros ganaderos y aún encima lo publicas, que viene a ser un símil de lo que ha pasado aquí, en A Coruña.

Sirviendo esta comparativa para quitar hierro a la tensión, que no a la importancia, si una parte de la oposición te dice que te equivocas, puedes hacerle caso o no por si hay intereses oscuros –ya se sabe que hay orcos y uruk-hai en el concello, región lindante con Mordor–, pero si toda la oposición te dice que te equivocas y tiras para delante porque “tú lo vales” ya es cuestión de cabezonería.

Si Intervención no lo ve claro, sería para meditarlo en profundidad pero si aún así tiras para delante ya es cuestión o de imprudencia o de interés particular. Si no llegan los metros que se requerían en el pliego, no da la altura requerida en el pliego, el inmueble no tiene calificación de vivienda, como ponía en el pliego, sino de oficina y no tiene ascensor –“se le puede hacer” no implica tenerlo y, por el momento, no hay ascensores de Schrödinger que puedan estar y no estar a la vez–, como también ponía el pliego que debía de tener y al final, para colmo del despropósito, se le echa la culpa a los funcionarios, o bien no se tiene la decencia suficiente como para asumir responsabilidades cuando te pillan con el carrito de los helados, o bien no se tienen capacidades para ser concejal porque se firman las cosas sin mirar y ambas cosas son malas. Estamos hablando de una licitación pública por concurso en la que hay que cumplir –sí o  sí– todos los requisitos y no se pueden modificar ad hoc.

Lo mejor de todo es el momento ventilador vaticinado por la vidente Avia Veira, que deja para la posteridad la intervención de Xiao Varela resumida en un: “eh, que yo sólo me he equivocado y no he vendido a la ciudad a mis amigotes como ustedes en el pasado”. La verdad es que sería un discurso bonito si no fuera porque ese señor llegó al gobierno municipal abanderando la nueva política y las cosas bien hechas y se encargó de recalcarlo, pleno tras pleno.

Los seres humanos nos equivocamos y rectificar es de sabios, pero equivocarse con el dinero de otros suele conllevar –en otros países, que en España no se estila– la dimisión o el cese, por aquello de no dar la sensación de querer amarrarse al cargo cual náufrago a un salvavidas.

En fin, este coruñés opina que las cosas se pueden hacer mejor o peor pero que hay que responsabilizarse de esas cosas porque la política es un servicio público y mirar al pasado tiene que servir para ver lo que se ha hecho mal y no repetirlo, aunque lo hayan hecho mal otros. A Coruña podría estar mucho mejor de lo que está y eso es una realidad a la que se enfrentan los ciudadanos todos los días mientras otros ponen el ventilador. @mundiario

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