En la carrera europea hacia el hidrógeno verde, Galicia juega de tapadillo

Refinería de A Coruña.
Refinería de A Coruña.
Repsol mantiene en Galicia una refinería que además origina un oleoducto de siete kilómetros que cruza el casco urbano coruñés. Ningún proyecto complementario está siendo impulsado en esta comunidad. Tampoco Endesa o Naturgy, ésta con gran presencia como heredera de Fenosa.
En la carrera europea hacia el hidrógeno verde, Galicia juega de tapadillo

El pasado mes de junio, el presidente de la Xunta de Galicia, Núñez Feijóo, se reunía con una comisión de expertos para analizar los proyectos gallegos que aspiran a la financiación europea para la reconstrucción económica. Fueron presentados a los medios de comunicación tres proyectos: una planta de hidrógeno verde de 50 megavatios, calificada posteriormente en algún medio como la más grande del mundo, una planta de producción de biogás a partir de residuos agrícolas y una planta de producción de fibras textiles a partir de la madera. La Xunta no ofreció otros datos relevantes,  como el volumen de inversión necesario o las empresas participantes. 

Resaltemos que el hidrógeno verde es la tecnología por la que actualmente apuestan todos los Gobiernos. Así Portugal, en el marco de la estrategia 2030 anuncia 3.000 millones de euros de inversión para una planta en el puerto de Sines que produciría a partir del agua de mar, con la probable participación de la eléctrica EDP. La iniciativa se encuadra en el programa de la UE, IPCEI (Important Projects of Common European Interest), al considerar que se encuadra en una cadena de valor de importancia estratégica.

Alemania ha anunciado 7.000 millones de inversión esa tecnología y Francia una cifra similar. Mientras que España acaba de cerrar una consulta pública sobre la llamada Hoja de Ruta para el impulso de dicha energía, en la que se proponen más de medio centenar de medidas pero sin concretar todavía la cifra de inversiones.

En cuanto al sector privado, Iberdrola está construyendo ya una planta en Puertollano, que abastecerá a empresas allí instaladas mientras que Repsol y  Petronor con la participación del Gobierno Vasco construirán una planta en el puerto de Bilbao, para capturar CO2 de la refinería próxima.

Empresas de espaldas a Galicia

Repsol mantiene en Galicia una refinería que además origina un oleoducto de siete kilómetros que cruza el casco urbano coruñés. Ningún proyecto industrial complementario está siendo impulsado en el territorio de la Comunidad. Tampoco Endesa o Naturgy, ésta con gran presencia en Galicia como heredera de la desaparecida Fenosa, plantean proyecto alguno de inversión en la citada energía en Galicia.

El proyecto de Galicia no tiene presupuesto ni socios conocidos si bien cabe suponer que la Xunta habla en nombre de Reganosa, empresa gasista en cuyo accionariado participa y que anteriormente ya había expresado su interés por esa modalidad de energía. Otras empresas del sector con intereses extractivos en Galicia prefieren invertir en otros territorios con el silencio aquiescente del Gobierno gallego.

Los muchos traspiés y errores del Gobierno gallego en política industrial, las promesas fallidas una y otra vez, aconsejan cautela ante los anuncios. Es probable que a falta de compromisos inversores, el posible socio industrial prefiera no aparecer públicamente. Ahora bien, cuando los proyectos no se acompañan de datos contrastables, la desconfianza es inevitable. A menos de un mes de que España presente en Bruselas la Estrategia de Reformas exigida, no existe en Galicia ni un programa de actuación ni una estructura de apoyo institucional y empresarial, sólo buenas ideas, sólo papel. @mundiario

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