La Autoridad Portuaria no mantiene limpia la zona más fotografiada de A Coruña

Autoridad Portuaria de A Coruña. / puertocoruna.com
Autoridad Portuaria de A Coruña. / puertocoruna.com
Unos 80 buceadores y en tan solo seis horas, han recuperado de entre los lodos marinos del fondo de esta dársena los más insospechados objetos que arrojaron un peso de 6 toneladas.
La Autoridad Portuaria no mantiene limpia la zona más fotografiada de A Coruña

La dársena de A Marina de A Coruña tiene un calado promedio de cinco metros y una extensión de 487 metros cuadrados. En este más o menos reducido espacio, unos 80 buceadores y en tan solo seis horas, han recuperado de entre los lodos marinos del fondo de esta dársena los más insospechados objetos –desde un carrito de supermercado a una buena cantidad de ruedas de vehículos, pasando por material plástico y un largo etcétera– que arrojaron un peso de 6 toneladas.

El esfuerzo realizado por los buceadores evidencia el que la ciudadanía no efectúa para lograr mantener el fondo marino de la dársena coruñesa que todos admiramos profundamente como en apariencia está la lámina de agua de este rincón de la ciudad que, además de los ciudadanos, no cuidan los responsables de la Autoridad Portuaria, que es a quien corresponde mantener limpia la, sin duda, más fotografiada zona de la ciudad. 

Lo acontecido el pasado fin de semana en A Marina coruñesa no es sino un simple reflejo de lo que ocurre en el mar desde hace alrededor de 50 años y que no se ha podido –o no han querido– evaluar desde que, hace alrededor de 40 años, pescadores de A Costa da Morte (de Muxía, Fisterra, Laxe y Malpica, especialmente) se reunían con quien esto escribe en una noche inolvidable para contarle sin pudor lo que ellos comprobaban a diario: en el mar había entonces más basura que peces.

Mucha de esa basura la generaban los propios barcos pesqueros que, como los suyos realizaban sus faenas de pesca a corta distancia del lugar en el que nos hallábamos. Recuerdo perfectamente que uno de los armadores y patrón, con barco cuya base era el puerto de Muxía, me aseguraba –y sus compañeros asentían– que en la mar había decenas de aparejos abandonados, una ingente cantidad de de latas de pintura, cubiertas de ruedas de las que los pesqueros utilizaban –y utilizan– como defensa para evitar daños en los costados de los barcos cuando estos atracan en puerto o se acoderan a otros ya atracados. Y poco tiempo después, a esos "botones" sucios denunciados esa noche, se añadían los miles de pilas que desde los propios barcos de pesca se arrojaban al mar sin miramientos ni siquiera para pensar en el daño que una batería de las utilizadas para los sistemas electrónicos que los barcos llevan a bordo causa al mar y a su fauna y flora durante años y años.

Al igual que los buceadores que en la dársena de A Marina coruñesa, algunos –pocos– arrastreros del día han realizado en distintos puntos de la costa española trabajos de limpieza de los fondos y aguas marinas. No ha sido sino algo testimonial, porque la basura acumulada en el litoral español es tanta que serían necesarios todos los arrastreros de España y durante muchas semanas para lograr, al menos, dar una apariencia de limpieza a todo cuanto en la mar y desde tierra emporcamos los humanos.

¿Por qué no tomamos nota y realizamos todo lo que está en nuestras manos, que no es poco, para hacer que el mar recupere aunque sea mínimamente aquello que hemos heredado de nuestros padres para darlo a nuestros hijos y nietos?.

Es posible. @mundiario

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