Algo importante está pasando en A Coruña

Alberto Núñez Feijóo en el Concello de A Coruña. / Mundiario
Alberto Núñez Feijóo en el Concello de A Coruña. / Mundiario
Los nuevos Vázquez, Méndez y Lendoiro empiezan a perfilarse de manera cada vez más perceptible en la ciudad.
Algo importante está pasando en A Coruña

Una ley física de obligado cumplimiento indica que todo espacio vacío tiende de forma natural a ser ocupado. En A Coruña hay mucho espacio vacío. La desaparición del primer plano de las figuras que, con sus pros y sus contras, recuperaron el esplendor de la ciudad y su área metropolitana y colocaron A Coruña en posiciones de liderazgo político, financiero y deportivo –Francisco Vázquez, José Luis Méndez y Augusto César Lendoiro– no trajo consigo relevos consistentes. A su marcha se unió la del fallecido José Luis Meilán Gil, que culminó su dilatada carrera política como rector de la Universidad en un momento clave para la UDC

De los tiempos de bonanza de A Coruña quedan los empresarios Amancio Ortega y José Collazo Mato. Tampoco está ya Manolo Jove. Pero Amancio Ortega nunca perteneció al star system coruñés, tampoco al deep state de la ciudad. Y José Collazo, si bien merodeó e hizo incursiones mediáticas, estuvo centrado en sus negocios, algunos dependientes de concesiones. En resumidas cuentas, que hoy por hoy en A Coruña solo hay una figura destacada con poder y ganas de ejercerlo: el venezolano Juan Carlos Escotet, dueño de Abanca. No es un CTV –imposible serlo– pero ha sabido entender la ciudad donde se hizo aún más rico de lo que ya era en Caracas.

Feijóo tiene buenas vistas

Contemplar el solar coruñés no es complicado; máxime si se vive en la ciudad, como le sucede al presidente de la Xunta y del PP de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, con buenas vistas al puerto. Un fino observador como José Luis Méndez Romeu constata en MUNDIARIO que Feijóo se pone al frente de A Coruña en propuestas y reivindicaciones, y no le falta razón.

A Coruña está en declive –fiel reflejo de ello es el Deportivo, que sin Lendoiro jamás levantó la cabeza– pero tiene grandes potencialidades, que es lo que cuenta para los que gestionan expectativas: la transformación de su fachada dará lugar a una operación urbanística de un calado histórico y el mero mantenimiento de Inditex –un gigante mundial– le bastará para sostener su pulso empresarial, ya que en torno al imperio de Amancio Ortega se han ido desarrollando pequeñas multinacionales que operan en diversos campos, algunas con ambiciosos planes tecnológicos como el grupo Inverdama, que comparte sede en Oleiros –la Suiza gallega– con otras empresas no menos interesantes, entre ellas Altia.

El puente de mando político y el Dépor

Si algo falta en A Coruña es el puente de mando político y un hombre de fútbol al frente del Deportivo, al que el deep state fue hundiendo y hundiendo hasta dejar solo una afición tan entusiasta como paciente, que ya es lo único que le queda de Primera al Dépor. Odios personales se aliaron para acabar con Lendoiro –uno de los hombres que más saben de fútbol en España– y al final acabaron prácticamente con el Deportivo, del que también es dueño el venezolano Juan Carlos Escotet. Por cierto, no deja de sorprender que una persona tan sagaz e inteligente no se haya preguntado:

– "Oye, pana, ¿que pasó aquí para que A Coruña se paseara cinco años por la Champions, tuviese el noveno club español en conseguir un título de Liga (entre los 61 equipos que en algún momento han alcanzado la máxima categoría), y sumase dos Copas del Rey y tres Supercopas de España?".

Porque si se hiciera esa pregunta, por mucho que intenten manipularle –que lo intentan–, tendría que dar con alguien "muy pero que muy arrecho". Y él seguramente sabe bien a que me refiero... Tampoco parece muy inteligente andar tocándole la cara al empresario y ex director general de Inditex Juan Carlos Rodríguez Cebrián, y no solo por su rol personal –de por sí relevante–, sino porque todos sabemos quién es.


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A Feijóo, que es de Os Peares –pasado por Santiago, MadridVigo–, hijo de un gran deportivista –de corazón– siempre le ha fascinado A Coruña, que de alguna manera simboliza su pretendida modernidad en un país aún excesivamente country. Y ahora puede tenerla a sus pies. Sabe que Escotet no le va a fallar –de entrada colocó en la plaza de Pontevedra a un tecnócrata del PP– y que Amancio Ortega ni le bailará el agua ni le pondrá palos en las ruedas. Si levantan el Deportivo –difícil no hacerlo a estas alturas– decorarán bien su plan, que irán desplegando con la ampliación del hospital, la nueva fachada marítima y el desarrollo del puerto exterior.

– Oiga, ¿y los del PSOE no se enteran o qué?

– En el PSOE hay inteligencia política –no inferior a la de Feijóo–, atesorada durante años por el expresidente Fernando González Laxe y el exconselleiro José Luis Méndez Romeu, pero no hay buenos jugadores de campo. Y los pocos que hay se llevan mal entre ellos. Feijóo eso también lo sabe, del mismo modo que su hombre en la provincia, Diego Calvo, quien, desde Oleiros, cruza cada vez más a menudo ese emblemático puente de A Pasaxe que tanto lucha Gelo por ampliar.

– ¿Y los demás?

– En el BNG nunca han jugado a estas cosas de la alta política coruñesa, que en el fondo desprecian, y la Marea Atlántica tiene intelectuales que conocen de cerca el deep state –incluso el star system– pero están en horas bajas. A Coruña tiende a ser cosa de PP y PSOE.

Feijóo lo tiene (casi) todo a su favor y lo que no tiene está en venta –vamos, que tiene precio y a la baja–; todo ello sin despeinarse. Méndez Romeu, como en él es habitual, sabe ver lo que otros no ven, ni entienden muy bien que digamos. Lo dicho: Feijóo se pone al frente de A Coruña en propuestas y reivindicaciones

Al tiempo. @J_L_Gomez

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