¿Por qué Huawei se ha mantenido tan calmado tras el alboroto con Google?

Tienda Huawei.
Tienda Huawei.

China lleva décadas levantando una Cortina de Hierro digital, por lo que el veto de Donald Trump no les ha pillado para nada desprevenidos.

¿Por qué Huawei se ha mantenido tan calmado tras el alboroto con Google?

Desde hace casi 20 años, Chinca se ha dedicado a construir un muro digital entre ellos y el resto del mundo, una especie de Gran Muralla tecnológica que ha evitado que empresas como Facebook o Google invadan el país mientras permiten que empresas nacionales se expanden por todos los países. Realmente lo que ha venido a hacer Donald Trump es construir una muralla que responda a la que ya tienen en la potencia asiática, explica Li Yuan en The New York Times. Nada más.

Para Huawei el gran impacto de esta prohibición será para sus clientes en otros países, pues en el suyo los usuarios de por sí no contaban con muchos de los servicios de Google por la misma razón ya explicada. Esta retirada de Google compromete los sueños de expansión de la firma china, pero lo peor de verdad está por venir y en eso Huawei no está sola.

Lo que pasa entre Washington D.C. y Pekín es una especie de Guerra Fría tecnológica, en la que el caso de Huawei es el primer cimiento de una Cortina de Hierro. Con el pasar del tiempo, lo más probable es que los chinos igual sigan bloqueando a empresas tecnológicas de otros países.


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Y es que la censura misma del Gobierno chino y el estricto control que éste ejerce sobre sus ciudadanos en cuanto a navegación por Internet (bueno, en cuanto a todo), ha hecho que toda una generación de usuarios no tenga ni la más mínima idea de qué es hacer una búsqueda en Google o ver un vídeo en YouTube.

La postura adoptada por Estados Unidos no hará sino precipitar ese proceso. Los efectos potenciales podrían llegar incluso a que un día los chinos solo tendrán permiso de usar teléfonos hechos en su mismo país y dispositivos que operan con chips también hechos en su propio territorio. Y esto ya va a una velocidad alarmante.

No se sabe en este punto si la medida adoptada por la Administración Trump aislará por completo a Huawei del mundo. La empresa, siempre atenta a cubrir su retaguardia, ya ha desarrollado sus propios chips y otras funciones. De igual forma, tenían en sus madrigueras el equipo necesario en caso de que llegara el día en que perdieran acceso a las tecnologías estadounidenses, como ha terminado pasando.

Y es que la potencia asiática tiene también municiones para responder. El lunes, medios estatales de comunicación reportaron que el presidente del país, Xi Jinping, visitó una locación que extrae y procesa tierras extrañas, en donde se encuentran minerales esenciales para un amplio número de fabricantes en tecnologías bajas en carbón, explica el diario neoyorquino. Esta excursión fue un recordatorio para nada sutil de que la república popular tiene presencia en este tipo de actividades y podría darse el lujo de detener el flujo de suplementos de otros países, algo que no es tampoco una aventura nueva.

Esta Cortina de Hierro digital empezó a ser construida hace ya bastante tiempo. Desde sus días iniciales con el Internet, de donde el régimen eliminó todo contenido que no le gustaba solo porque sí. La red en aquel país es muy distinta de la que se usa en prácticamente cualquier otra parte del mundo. Tiene distintas plataformas, ideales y estrategias de negocios que se rigen bajo un delicado sistema de censura.

Como sea, nuevamente el muro solo bloqueaba un lado. China ha sido un gran conductor de ingresos para Apple, Oracle, Intel, Qualcomm y otros pesos pesados de Sillicon Valley y la tecnología en general. Mucho de esto fue por necesidad, ya que China no podía producir sus propias cosas, pero igual supieron aprovechar a las empresas estadounidenses para ir por el camino que ellos querían.

La viveza de los chinos, de hecho, ha hecho que muchos de sus más importantes empresas tecnológicas cuenten con empleados que estudiaron en Estados Unidos. Los inversionistas estadounidenses los ayudaron a establecerse en el país norteamericano. Las relaciones entre inversionistas de Estados Unidos y grandes genios chinos dio como resultado que, por muchos años, académicos de ambos países unieran fuerzas e intercambiaran apuntes.

Ahora con los Estados Unidos está obsesionado en asegurar la propiedad intelectual de sus empresas y está decidido incluso a bloquear algunos de esos canales de conocimiento y apoyo. Ha estrechado los limites de inversión china en empresas estadounidenses. Algunos estudiantes chinos incluso tuvieron que volver a sus casas o no pudieron entrar a Estados Unidos a estudiar por impedimentos migratorios por ser acusados de espionaje.

La potencia asiática se ve mejor preparada para hacer frente a estos tipos de golpes. Si Huawei, como ya se mencionó, tiene ya chips hechos en casa, las firmas productoras de coches han aprovechado la tecnología que fabricantes estadounidenses han dejado en su camino al país antes de que el régimen terminara expulsándolos de alguna forma u otra. A diferencia de Trump, quien simplemente va disparando al aire a ver si alguna bala hiere a alguien, el Gobierno chino sí ha tomado precauciones desde hace años y se ha alistado para potenciales crisis como esta. Es más, siempre de acuerdo al diario The New York Times, la movida reciente de Washington D.C. fue vista en China como un intento desesperado de la primera potencia mundial de detener como fuera el levantamiento de algún competidor chino. Ya que no son capaces de competir con el intelecto y la mano de obra china, prosigue esta corriente de pensamiento, hubo que acudir al Gobierno para mantener al rival en su esquina del ring. @mundiario

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