Los efectos del social media en la red de relaciones de la persona

Mujer conectada a través de su dispositivo móvil
Una mujer conectada a través de su dispositivo móvil.
El equilibrio entre la interacción online y offline es deseable y necesario. De lo contrario, las ventajas a obtener en relación con el capital social se reducen considerablemente.
Los efectos del social media en la red de relaciones de la persona

Hoy mismo se clausura en Chaves (Portugal) la 16.ª Conferencia Ibérica de Sistemas y Tecnologías de la Información, en la que he tenido la suerte de participar junto a mis compañeras de la Universidade da Coruña, las profesoras Clide Rodríguez-Vázquez y Eva Sánchez-Amboage.

Hemos presentado la comunicación que lleva por título “Effects of social media on structural social capital and subjective well-being. Insights from a review of the literature”. El objetivo, como se deduce, era exponer el estado del arte en lo referido a las consecuencias del social media en la estructura social del individuo y en su bienestar subjetivo. Dicho de modo coloquial, ¿cómo afectan Whatsapp, Instagram, Facebook o Linkedin a nuestras relaciones?

En el ámbito académico y no académico, el desarrollo exponencial de las TIC y la actual omnipresencia de las herramientas y plataformas de interacción en línea han planteado múltiples preguntas acerca de sus efectos sociales y socioeconómicos.

En lo que interesa, el social media repercute en el llamado “capital social estructural”. Y ello es del todo relevante porque la red social proporciona a la persona recursos instrumentales (ayuda, asesoramiento, apoyo físico y económico, información y oportunidades, acción colectiva, ...) y expresivos (apoyo emocional, bienestar, felicidad, …).

La revisión de la literatura establece, con matices destacables, que el uso del social media es generalmente positivo a efectos del mantenimiento y el desarrollo del bonding social capital (lazos fuertes – familia y círculo social muy próximo) y el bridging social capital (lazos débiles – conocidos, contactos, colegas), ayudando a implementar su funcionalidad global en términos socioeconómicos. Además, han sido contrastadas su ventajas en campos como el marketing y los negocios, la salud, la educación o la participación política, entre otros. Asimismo, se postula que los diferentes tipos de “redes sociales digitales” (social network sites, professional sites, chatboards, online dating applications…) se emplean con propósitos disparejos e imprimen distintas consecuencias en ambos tipos de capital social.

También existen determinados riesgos; reseñables. Conociendo el papel de las redes interpersonales y los “bienes relacionales” en la felicidad, el social media actúa como un intermediario. Sin embargo, no es posible hablar de un "absoluto" porque en el caso del bonding social capital, el uso del social media, compulsivo o no, puede tornarse nocivo para el ambiente relacional de las personas que conviven (con escollos como la pérdida de empatía o la incapacidad de disfrutar plenamente del amor mutuo, la amistad, o el sentido de pertenencia); mientras que en el caso del bridging social capital, las herramientas y plataformas de interacción online también pueden derivar efectos no deseados tales como deshumanización de las relaciones interpersonales, el uso compulsivo de Internet, la comparación social o cuestiones realmente problemáticas como la ciberagresión, el ciberacoso, el sexting, o el aislamiento).

En cualquier caso, es necesario destacar que el equilibrio entre la interacción online y offline es deseable y necesario. De lo contrario, las ventajas a obtener en relación con el capital social se reducen considerablemente. Ello se debe a que numerosas funciones requieren de la presencia física de las personas, o bien no pueden ejecutarse plenamente sin su existencia total o parcial, tanto por la mera imposibilidad de llevarlas a cabo como porque dicha presencia física genera la confianza necesaria para fortalecer la red. @mundiario

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