Los beneficios de Boeing disminuyen un 13% tras el accidente en Etiopía

Es el primer anuncio de resultados tras el fatal accidente de su B737 MAX operado por Ethiopian Airlines el pasado 10 de marzo y Boeing cumplió con los malos pronósticos. La fabricante estadounidense ha confirmado que cerró el primer trimestre de este año con una caída del 13% en su beneficio en relación al año pasado, quedando en 1.917 millones de euros. El accidente con la aerolínea etíope fue el segundo que sufría una nave de ese modelo en menos de cinco meses, desatando una crisis que ha llevado a anunciar a la compañía que espera un impacto financiero que se alzará hasta los 892 millones de euros según estimaciones propias.

El modelo en cuestión es el cuarto de su especie y representa nada menos que una tercera parte de los ingresos globales de la empresa. De momento la investigación apunta a un problema con el sistema de estabilización automática del avión como principal causante del accidente en Etiopía. Los encargados de la misma culpan a este sistema por haber leído de forma equivocada el sensor que mide el ángulo de inclinación al momento de despegar la aeronave.

Entre enero y mazo, el exportador número uno de los Estados Unidos registró un total de 20.500 millones de euros en facturación, un dato muy similar al del año pasado. 10.559 millones fueron destinados a la división de aviación comercial, un recorte del 9%. Donde se mantiene al alza es en los títulos bursátiles, los cuales han gozado un aumento del 15% en lo que va de año.

La empresa ha elegido una guía para dar a los mercados para que la usen en lo que queda del año, conscientes de que la crisis del B737 MAX los tiene en posición de incertidumbre. A principios de año, Boeing había profetizado unos ingresos de 98,716 millones de euros en el total del ejercicio. Entre medias, la compañía ha suspendido el programa de recompra de acciones hasta que la suspensión sea levantada. Con ello, el flujo de caja se redujo en un 11%, explica El País.

A la fecha, la empresa ha realizado tan solo 11 entregas de su nave estrella, y ninguna de ellas fue en el mes de marzo, algo que no sucedía desde 2012. Pedidos hay, pero se han suspendido por la suspensión de vuelos y que a mediados de abril la producción pasó de 52 a 42 unidades ensambladas al mes. La empresa había calculado entregar 900 naves este año, siendo 500 de ellas el modelo en cuestión.

Incertidumbre total

Boeing estimaba que el impacto inicial se alzaría hasta los 893 millones de euros, pero analistas independientes lo han sudido hasta los 2.230 millones, puesto que incluyen el resarcimiento que deben hacer a las aerolíneas afectadas, el atraso en pagos y los gastos que tendrán que hacer para solucionar los problemas técnicos. Eso sí, la cantidad puede cambiar dependiendo de cuánto tarden las naves en volver a despegar.

Y es que las aerolíneas tampoco podrán aguantar por mucho tiempo esta suspensión. La mayoría ha tenido que reacomodar como ha podido sus flotas y sus vuelos, más tomando en cuenta que se aproxima el verano, la temporada de mayor demanda en este sector. Algunas como American Airlines, que cuenta con 24 B737 MAX en su flota, esperaba la entrega de 16 más, pero estos accidentes les han obligado a reinventar sus calendarios y procesos.

Boeing intenta mantener los tipos y dar una imagen de confianza. Su consejero delegado, Dennis Muilenburg, ha prometido que los suyos hacen todo lo posible por recuperar la confianza perdida de sus clientes. Los mercados calculan que las naves se quedarán inmóviles a más tardar hasta julio. La empresa ya ha enviado los cambios que propone para su avión de un pasillo y los mismos están revisados por la NASA y la FAA (Administración Federal de Aviación, siglas en inglés). @mundiario