Antes de ser famosos: Uber, la app que revolucionó en transporte particular

Uber. / uber.com
Uber. / uber.com

Esta aplicación surgió como una especie de broma en Francia y de ello surgió el gigante tecnológico que se usa en casi todos los rincones del mundo.

Antes de ser famosos: Uber, la app que revolucionó en transporte particular

Antes de ser famosos es una serie exclusiva de MUNDIARIO en la que se estudia y conoce la vida de importantes celebridades antes de saltar a la fama. Por esta serie han pasado narcotraficantes, estrellas porno, bizarros artistas de Youtube, entre otros. Esta nueva entrega está dedicada a la aplicación que revolucionó el transporte particular en el mundo: Uber.

Los inicios

Uber fue fundado inicialmente como UberCab en marzo de 2009. Sus fundadores son Travis Kalnick y Garrett Camp. Camp es un empresario e inversionista canadiense quien amasó una jugosa fortuna al ser uno de los promotores de StumbleUpon y luego venderla a eBay por 75 millones de dólares. Kalnick, por su parte, es un experto en ordenadores en tecnología y previo a Uber ya había fundado Scour Inc. Un buscador de contenido multimedia (un Google para fotos y vídeos), así como Red Swoosh, una plataforma para el intercambio de archivos.

Garrett Camp, cofundador de Uber.

Garrett Camp, cofundador de Uber.

Kalanick ha reconocido que la idea de Uber la tuvo inicialmente Camp. En octubre de 2008 ambos estaban en París, Francia, participando en la conferencia de tecnología LeWeb. Al salir de una de las plenarias, ambos debían volver a su hotel pero el taxi que habían encargado se estaba demorando mucho en llegar. Ahí fue donde el magnate canadiense tuvo la idea de que debería haber una forma de que un conductor particular pudiera prestar un servicio de taxi. Garret ya había jugado con la idea. Él y sus amigos solían pagarle a conductores particulares para que los llevaran a distintos lugares.

Camp quedó fascinado con su idea. Para él, aquello iba a ser una revolución total para las personas, casi como adelantar la llegada al futuro. “Tú disfrutas de la experiencia y te sientes como si vivieras en el futuro. Solo presionas un botón y de repente aparece un auto”, ha dicho.

La fundación de la empresa

En cuanto Kalanick y Camp terminaron de convencerse de su idea, decidieron invertir hasta 200.000 dólares cada uno para lanzarla. Juntaron a un equipo que tenía a expertos en finanzas, tecnología y transporte. Ninguno de los dos quería dejar ningún detalle al azar.

Ya tenían el dinero y al personal, pero ninguno de los dos tenía ganas de liderar tamaña tarea. Kalanick, sin más, publicó en su Twitter que estaba buscando a alguien capaz de liderar un negocio en desarrollo. Un anuncio escueto para lo que se estaba jugando. Un usuario llamado Ryan Graves respondió y a inicios de 2010 se hizo con la jefatura de la empresa. En apenas 10 meses se convirtió en el Director Ejecutivo, aunque eso duró un corto tiempo antes de Kalanick lo relevara.

Travis Kalanick.

Travis Kalanick, jefe de Uber.

La primera edición de la aplicación fue lanzada solamente en San Francisco, California. La compañía intentó equiparar el precio al de los taxis en la ciudad californiana. La herramienta fue un auténtico éxito entre los habitantes del lugar.

Con el dinero juntado en San Francisco, Uber fue capaz de costear su expansión a ciudades más grandes y más importantes. Tan solo en 2010 juntaron 1.5 millones de dólares. Al año siguiente ingresaron 44.5 millones. El ritmo de crecimiento era tal que para 2012 estaban listos para empezar a operar en otros países.

Eso sí, así como se expandía la aplicación y su cartera de servicios, así también aparecían competidoras. Una de las primeras en entrar a la arena fue Lyft. Pero Uber todavía contaba con la dicha de ser la primera de su especie, por lo que hubo quienes como Google Ventures que decidieron inyectar capital en el proyecto.

Para el otoño de 2014 Uber ya estaba en todo Estados Unidos, Europa, África, India y China.

Primeras crisis

La empresa subía como la espuma pero entre más popularidad, más carnada para críticas. Sarah Lacy, una famosa periodista estadounidense, llegó a criticar a Uber por ser promover una “cultura de idiotas”. Otros medios la criticaron por ser sexista y por promover la competición entre etnias entre sus empleados.

Aquella reputación que empezó a esparcir Lacy se ha mantenido hasta hoy en día. “Entrevistas con más de 30 empleados y exempleados de Uber, así como chequeos a mensajes internos y reuniones grabadas en secreto, esbozan una imagen de un ambiente de trabajo y una cultura sin ataduras. Uno de los gerentes tomó uno de los pechos de una empleada durante un viaje de la compañía en Las Vegas”, redactó una vez The New York Times. “Un director gritó un insulto homofóbico a un empleado durante una acalorada confrontación”, prosigue el mismo medio neoyorquino. Y la lista de acusaciones continúa.

Muchos apuntan directamente a Kalanick como el principal responsable de estas actitudes dentro de la empresa. Él mismo tiene una reputación de ser una persona de temperamento corto.

Las acusaciones han obligado a Kalanick a salir a prometer cambios de conducta en su empresa y él mismo ha bajado el tono para sonar como una persona más abnegada.

Pese a tantas críticas, Uber sigue siendo hoy por hoy la cabeza de su industria por todo el mundo. En 2015 empezó un proyecto para generar mapas y para usar coches autonómicos para sus servicios. Ese proyecto último ya fue probado en diciembre de 2017 en San Francisco. En 2016 se estimó su valor en 66 millones de dólares.

Hace unas semanas, Uber se estrenó en Wall Street, siendo una de las llegadas más esperadas del parqué de Nueva York. Todo esto fue lo que tuvo que atravesar antes de ser famosa.

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