La OTAN, ante la cumbre de Vilna

Banderas de la OTAN y de Finlandia. / Mundiario
Banderas de la OTAN y de Finlandia. / Mundiario
La Alianza Atlántica se propone mejorar su capacidad de respuesta en tres regiones: el Este, Europa Central y el Mediterráneo.
La OTAN, ante la cumbre de Vilna

Liderada por EE U, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), también conocida como la Alianza Atlántica, es una alianza militar intergubernamental que se rige por el Tratado del Atlántico Norte o Tratado de Washington, firmado el 4 de abril de 1949, a la que pertenece España, al igual que otros socios europeos.

Desde 2022, la OTAN se rige por un nuevo concepto estratégico en el que Rusia es considerada como una amenaza directa para la seguridad de la Alianza. También el año pasado se decidió la entrada de Finlandia –ya realizada– y de Suecia, pendiente de un veto turco. Otra amenaza es el terrorismo, mientras que China sería un reto para la OTAN, pero no una amenaza.

Vilna, la capital de Lituania, albergará la cumbre de la OTAN este mes de julio, que pulirá sus estrategias y su capacidad de respuesta en tres regiones: el Este, Europa Central y el Mediterráneo. Las miradas de la OTAN están puestas en lo que sucede en la guerra de Ucrania, pero es indudable que van más allá, como se desprende de esa división por zonas geográficas, a sabiendas de que su objetivo de fondo es garantizar la defensa colectiva de Europa y América del Norte, en total 30 estados miembros. La ciberdefensa y una unidad dedicada a la lucha contra la propaganda y la desinformación también forman parte de sus nuevas prioridades.

Desde su creación, la OTAN ha sido liderada por EE UU, que contribuye con una gran cantidad de recursos financieros y militares. La posición de liderazgo de EE UU se debe en gran parte a su papel como potencia mundial y a su capacidad para liderar alianzas militares y políticas. Sin embargo, en los últimos años, la relación entre Estados Unidos y algunos de sus aliados de la OTAN se ha enfriado, más en la era de Trump que en la de Biden.

La relación con Rusia, más que tensa tras la invasión de Rusia, ya era objeto de creciente preocupación tras la anexión de Crimea en 2014 y su apoyo a los separatistas en el este de Ucrania, de ahí la implementación de un sistema de defensa antimisiles en Rumania. La OTAN también ha aumentado su colaboración con países socios en la región, especialmente Ucrania, todavía hoy invadida en una parte importante de su territorio por tropas rusas.

Los recientes movimientos militares de Rusia en Crimea y Ucrania han reforzado el papel de la OTAN como organización crucial para la defensa colectiva de Europa y América del Norte. Si bien su estrategia se basa en la disuasión y la defensa colectiva, afronta ahora nuevos desafíos más complejos y costosos. @mundiario

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